Las casas italianas de 1 euro vuelven a tiempo para las vacaciones

Sí, otro mes, otro conjunto de idílicas casas de pueblo italianas a la venta, y sí, todo forma parte de la apuesta por insuflar nueva vida a remotas localidades rurales que han ido desapareciendo silenciosamente.

Sin embargo, si se está acostumbrado al modelo habitual, en el que los ayuntamientos quieren atraer a nuevos residentes y ofrecen casas a precios reducidos o viviendas subvencionadas para atraerlos, esto es un poco diferente.

En los programas habituales, los compradores suelen tener que presentar una propuesta sobre lo que van a hacer con la propiedad y depositar una fianza que sólo se les devolverá si terminan las reformas en un plazo determinado. Hay que decir que reformar una casa en Italia no está exento de dificultades, sobre todo cuando se trata de aprovechar las generosas desgravaciones fiscales que se ofrecen para restaurar propiedades en zonas rurales.

Nicolò Bolla y Alessandro Barba. Estos dos empresarios de Emilia-Romaña y Sicilia, respectivamente, han creado un nuevo sitio web en el que se pueden encontrar casas de todo el país a partir de 1 euro (1,20 dólares).

Una ventanilla única

El sitio web incluye subastas de casas en Mussomeli, una ciudad barroca de Sicilia.

"Lo principal es que intentamos simplificar el proceso, no sólo con la tecnología, sino con todas las posibles exenciones fiscales y la inmigración", dice Bolla.

"No queremos que la gente se quede atascada, que tenga una casa pero no los papeles para acceder a ella. Puede que necesiten ayuda en inmigración o apoyo para montar un negocio en Italia: queremos crear una ventanilla única".

Para ello, aúnan sus respectivas profesiones (Bolla es contable y Barba experto en inmigración y reubicación) para ayudar a los compradores en todo el proceso, ya sea renovar la segunda vivienda de sus sueños o mudarse a Italia.

Y, como corresponde a la era de Covid-19, su objetivo es hacerlo todo por Internet (en otras ciudades es obligatorio hacer la oferta en persona o contratar a un representante, como un abogado local).

"Cuando Covid se ponga en marcha, podremos hacer visitas guiadas y ver la propiedad de antemano, pero de momento, todo se puede hacer por internet", dice Bolla, que cree que "el procedimiento a la antigua ya no funciona".

Es más, asegura que su nuevo servicio reducirá notablemente las "fricciones" que pueden surgir en los proyectos dirigidos por las ciudades. "Podemos ocuparnos de la burocracia", promete.

Su sitio web, Auctions2Italy, empezó a funcionar en verano y ya ha puesto en marcha sus primeras subastas, con seis casas en tres localidades: Vetto, en el centro-norte de Emilia Romaña, y Mussomeli y Campofelice di Fitalia, en Sicilia. Ambas están cerca del corazón de la pareja: Bolla es de Vetto, aunque ahora vive a una hora, en la ciudad de Parma, mientras que el padre de Barba creció en Mussomeli.

"Estoy muy unido a Vetto, pero tuve que irme a otro sitio para trabajar", dice Bolla, cuya familia tenía un hotel cerca del pueblo, que ahora está vacío (aunque Bolla sueña con convertirlo en un lugar de larga estancia para nómadas digitales).

"Cada vez que vuelvo, vuelvo a ser como era. Estos pueblos pequeños -de 2.000 habitantes o menos- tienen un gran sentido de la comunidad, del que quiero formar parte. Queremos repoblar esas zonas, mantener su sentido de comunidad".

También hay que tener en cuenta el coste de comprar en Italia. Nunca encontrará una casa en venta por 1 euro en una gran ciudad o en lugares rurales populares como la Toscana. Sin embargo, los pequeños pueblos de montaña de las zonas rurales menos de moda nunca se han recuperado de la emigración posterior a la II Guerra Mundial. Muchos tienen una población menguante, con residentes jubilados en su mayoría. Las autoridades quieren atraer a gente nueva para evitar su desaparición.

Precios intencionadamente bajos

Sea cual sea el plan elegido, la casa acabará costando mucho más de un euro: las reformas pueden llegar a costar decenas de miles de dólares, dependiendo del trabajo necesario.

La web de Bolla y Barba pretende ser transparente. De las seis con las que empiezan (el plan es ampliar el servicio), las dos casas de Mussomeli no tienen precio de reserva, así que realmente podrías hacerte con ellas por 1 euro. Las demás tienen una reserva de entre 3.000 y 5.000 euros (3.700-6.100 dólares), a elección del vendedor. Sin embargo, todas las subastas tienen un tope de unos 10.000 euros (12.250 dólares), por lo que nunca pagarás más de esa cantidad, por mucha gente que puje contra ti.

"Nuestra idea es que la gente no se pelee por conseguir el precio de mercado", dice Bolla. "No tiene sentido que la gente acabe gastando en una subasta más de lo que podría comprar en el mercado libre.

"Queremos que los precios se mantengan bajos, de lo contrario podríamos vender mansiones. No queremos hacer eso: la idea es ayudar a los municipios a reactivarse".

"No queremos que las casas se vendan a 50.000 euros. Si pagas menos, tienes más incentivos para renovar, y más presupuesto para desarrollar tus proyectos en Italia.

"He visto que mucha gente se va de Vetto, y la mejor forma de ayudar es traer gente nueva. Si los precios de la vivienda son demasiado altos, no vendrán. Así que esto es una especie de invitación a venir".

Renovaciones "gratuitas

Vetto se encuentra a los pies de los Apeninos.

Otras ciudades ya han puesto en marcha sitios web, como Mussomeli, que lanzó su propio plan a través de la web Case1Euro. Sin embargo, el sitio web de Bolla y Barba es un poco diferente de los sitios gestionados por las comunidades.

El sitio funciona como intermediario entre el comprador y el vendedor, sin tomar parte en el precio de venta. No hay que pagar por registrarse ni por pujar. Bolla y Barba sólo ganarán si el comprador decide contratarlos para servicios adicionales, como inmigración o ayuda fiscal.

Italia tiene generosos incentivos fiscales para quienes renueven propiedades: actualmente, se puede obtener una devolución del 110% de lo pagado por renovaciones para hacer una casa más eficiente energéticamente, del 90% para reparar la fachada de un edificio y de hasta el 60% de lo gastado en renovaciones normales.

Normalmente, estos "reembolsos" vienen en forma de créditos fiscales, repartidos a lo largo de cinco años. Sin embargo, Bolla dice que los no residentes fiscales pueden "intercambiar" los créditos, bien con una empresa constructora, que hace el trabajo gratis, bien con instituciones financieras, donde cambian el crédito por dinero en efectivo, con lo que se ahorran algo de dinero en el proceso.

Y si quieres mudarte a Italia, Barba no sólo puede ayudarte con el proceso de inmigración, sino que Bolla puede guiarte a través del complejo proceso fiscal del país.

"Los regímenes fiscales favorecen a los recién llegados", dice. "Si trabajas a distancia desde Italia, puedes obtener un descuento fiscal del 70% durante los cinco primeros años. Si te trasladas al sur, la exención es del 90%. O si eres pensionista y te trasladas al sur, pagas sólo el 7% sobre tus ingresos en el extranjero durante los 10 primeros años".

"Hay que pasar por una burocracia, pero sin duda podemos ayudar".

Por qué las casas son tan baratas

Hay casas en Campofelice di Fitalia, un pueblo no muy lejos de Corleone, en Sicilia (en la foto).

A diferencia de muchos de los planes gestionados por las autoridades, en los que hay que pagar una fianza que se devuelve si se terminan las reformas en un plazo determinado, aquí no hay penalización. Aunque si se trata de una segunda vivienda, tendrás que pagar el impuesto de bienes inmuebles. Y si alguna vez se ha preguntado cuál es el truco -por qué alguien vendería su casa por el precio de una taza de café- es porque no puede molestarse en pagar el impuesto de una casa que nunca renovará, dice Bolla.

"El beneficio para los vendedores es sencillo. Las casas llevan ahí un tiempo, los propietarios pagan el impuesto de bienes inmuebles, nadie quiere comprarlas, así que tienen que pasar por un agente.

"Es poco probable que el agente promocione la casa: ¿cuál sería su comisión por una venta de 20.000 dólares?

"Las casas suelen ser propiedad de cinco personas, que las han heredado de sus abuelos. Puede que vivan lejos o que ya tengan dos casas, algo habitual en las zonas rurales. No están dispuestos a renovar".

En situaciones así, un recién llegado que se ofrezca a quitarles las molestias de encima resulta muy atractivo.

"Hay tantas propiedades que se están cayendo [en los pueblos rurales]: ¿no sería mejor que viniera alguien y se ocupara de ellas?", se pregunta.

Apto para nómadas digitales

Vetto está a una hora de Reggio Emilia, en la principal línea ferroviaria de alta velocidad de Italia.

Auctions2Italy ha empezado con Vetto y Mussomeli, debido a los vínculos personales de los dos fundadores con los pueblos. Las autoridades de Vetto, en particular, se han declarado dispuestas a atraer sangre nueva y dicen que acelerarán los trámites.

Sin embargo, Bolla espera que, si todo va bien, otros municipios y propietarios privados se impliquen.

"No queremos las limitaciones que han tenido otros proyectos", afirma. "Queremos un proceso más libre, que diga a los municipios: oye, tenéis nuevos residentes, nuevos negocios, esto es bueno".

Una cosa que merece la pena destacar: sólo trabajan con ciudades que tienen W-Fi de alta velocidad, en un intento de atraer a los nómadas digitales. Así que, aunque estés en el campo, no estarás completamente aislado.

El dedo más rápido primero

¿Qué está en juego? Las seis primeras propiedades salen a subasta ahora, y las primeras subastas terminan el 20 de diciembre.

Hay dos casas en Vetto, un pueblecito de 2.000 habitantes situado en las verdes estribaciones de los Apeninos, a menos de una hora de las ciudades de arte de Parma y Reggio Emilia (en la línea ferroviaria de alta velocidad de Italia), y a unos 80 minutos en coche de Módena, famosa por su catedral románica.

Bolonia está a dos horas, y Milán, a dos horas y media en dirección noroeste.

Mussomeli, con otras dos casas, es una ciudad más grande, de unos 11.000 habitantes, en el centro de Sicilia, que disfruta del sol incluso en invierno.

Por último, hay dos en Campofelice di Fitalia, un pueblo del centro de Sicilia no lejos del más conocido Corleone.