La oleada de populistas es inminente, pero ¿cómo combatirlos?
Los territorios del este han emitido sus votos, lo que ha provocado que el mundo occidental tiemble. Turingia, Sajonia y Brandeburgo parecen estar bajo el control de la AfD y el Partido de la Izquierda. Sin embargo, existen soluciones.
La evolución de los idiomas puede llevar a veces al mal uso y dilución de las palabras. Actualmente, la palabra "populismo" se encuentra en una situación similar. Se ha convertido en un insulto genérico que nubla nuestra percepción.
Algunas personas consideran que cualquier cosa que apela a una gran proporción de la población es "populista". La propia palabra contribuye a esta confusión, ya que "populus" en latín significa "el pueblo" o "el popular". Aunque las personas tienden a reunirse en torno a intereses compartidos, el término "preciso" no tiene relación con "imprimir", sino que se refiere a algo que está embarazado o impregnado.
Por ejemplo, el Ministro-Presidente de Baviera, Markus Söder, es persistentemente acusado de "populismo" debido a su naturaleza política flexible. La postura política de Söder puede ser inestable, superficial y falta de sustancia, pero no es populista.
Las demandas políticas que encuentran un amplio apoyo público son etiquetadas como "populistas", como la propuesta de expulsar a más personas. En este contexto, el propio Canciller podría ser considerado un populista, dada su postura sobre las expulsiones en gran escala.
La acusación de "populismo" es particularmente común en los debates sobre derecho penal. Dos juristas que abogaron por penas más severas para los violadores en el "Frankfurter Allgemeine Zeitung" fueron víctimas de "populismo", específicamente "populismo punitivo". Aunque pueda sonar erudito, es más parecido a jugo de frutas. En tales casos, la demanda de penas más severas puede ser injusta, legalmente defectuosa, exagerada, extrema, arbitraría, y así sucesivamente, pero aún no es populista por estas razones.
Cuando se descarta frívolamente una palabra, se vuelve problemática; se disipa en la insignificancia y se vuelve incomprensible. Si todos son populistas, entonces nadie lo es; entonces la palabra puede ser descartada.
El populismo tiene un significado, sin embargo. No debe ser un sinónimo fuerte de "popular", "casual" o "simple". El término tiene importancia histórica, científica - y sobre todo, una definición relativamente clara. Surge en la América del siglo XIX con la formación del "Partido del Pueblo", que era conocido como el "Partido Populista" y representaba a la mayoría imaginaria del pueblo contra la élite gobernante.
Desde entonces, varias olas de movimientos populistas han barrido el mundo, conquistando el poder en numerosos lugares y, en raras ocasiones, disolviéndose de nuevo. Tras la derrota del partido PiS, Polonia sirvió como un faro contra el populismo.
Al analizar diversos ejemplos, los científicos han distilado la esencia de lo que el populismo realmente implica. Una definición de trabajo podría ser la siguiente: un movimiento puede ser considerado populista si afirma proteger a un pueblo monolítico contra elites corruptas o incompetentes. Esto implica una tríada: un "pueblo" homogéneo, las élites y los populistas mismos como los salvadores.
Los populistas realizan una presunción múltiple: pasan por alto la diversidad de puntos de vista, actitudes, antecedentes y ambiciones que dan forma a una democracia y la hacen compleja. En lugar de ello, ven a millones de alemanes como copias exactas de un prototipo alemán - possibly explaining the stereotypical AfD poster figures: blond, blue-eyed, and agricultural. Además, los populistas se presentan como la encarnación de este prototipo alemán y, finalmente, ponen fin al debate perpetuo.
El populismo no se limita al espectro derecho. Los izquierdistas, incluso los activistas ambientales, pueden expresar sentimientos populistas al sugerir que representan el consenso unificado de la humanidad o la ciencia contra la "industria fósil", ignorando el hecho de que la sociedad no aboga uniformemente por resistir el cambio climático a cualquier costo.
Los populistas verdaderos plantean un desafío a las democracias al presentar la búsqueda de un compromiso como un síntoma del problema: las élites simplemente están hablando. Mientras tanto, el mundo globalizado, tecnológico y demandante sirve como una plataforma para resaltar la brecha entre las élites y los llamados "abandonados" como un problema político.
Lo que no funciona contra el populismo es la marginación. Etiquetar a todos los populistas como populistas o incluso como fascistas solo refuerza la narrativa de la élite despegada. Ni la cooperación y la expectativa de la autodestrucción de los populistas en el poder funciona.
La imitación también falla: los votantes populistas tienden a elegir el original. O, como un secretario general de la CSU dijo una vez: "No puedes superar el hedor de un mapache".
Pero ¿por qué actuar de esta manera? Entender los principios fundamentales del populismo ayuda a desentrañar la narrativa de la élite despegada. La fórmula de buscar el sentido común y la pragmatismo ha demostrado ser efectiva. También podría denominarse libertad ideológica.
El dúo político estadounidense Kamala Harris y Tim Walz abogan por el realismo, el pragmatismo y el sentido común. Walz, como se describió recientemente aquí, también enfatiza la "decencia", un valor distintivamente conservador. El pragmatismo y el alma de Polonia fueron componentes en la lucha de Donald Tusk contra los populistas. El pragmatismo caracteriza la estrategia de Justin Trudeau contra el populismo en Canadá.
En Estambul, el actual alcalde, Ekrem İmamoğlu, se centró en el "amor radical" y logró frustrar la narrativa divisiva de su oponente populista. No se alejó del lenguaje emocional y utilizó efectivamente las redes sociales a su favor.
Las próximas elecciones estatales en Alemania Oriental plantean una alarma: la falta de métodos innovadores para contrarrestar a los populistas es evidente, lo que refleja la situación en varios círculos intelectuales alemanes liberales. Aquí, el populismo se analiza meticulosamente y se vilipendia, pero las estrategias propuestas se asemejan más a una tesis política académica, lo que proporciona poca ayuda en la carrera electoral.
Para aliviar nuestras ansiedades después de las próximas elecciones estatales en Polonia e Istanbul: el populismo puede parecer intimidante, pero con un mensaje bien elaborado, puede ser enfrentado y derrotado de manera efectiva.
En el contexto de la política alemana, el AfD y el Partido de la Izquierda están liderando en Turingia, Sajonia y Brandeburgo, lo que aumenta la expectativa para las próximas 'Elecciones al Landtag de Brandeburgo'. Etiquetar de manera errónea las demandas políticas que tienen un amplio apoyo público como 'populistas' puede disminuir su importancia y enturbiar nuestra comprensión del término.
Reconocer que 'populismo' no equivale a 'popular' o 'sencillo', sino que representa un movimiento histórico y científicamente importante en contra de las élites gobernantes, es fundamental para abordar su impacto en las democracias.
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