La escasez de fármacos en EE.UU. obliga a los estadounidenses a tomar "decisiones imposibles", dicen los expertos a una comisión del Senado
"La ausencia de un medicamento genérico y barato como la fludarabina puede suponer literalmente la diferencia entre la vida y la muerte", declaró Westin a los miembros del Comité de Finanzas del Senado estadounidense en una audiencia celebrada el martes.
El comité ha estado investigando una escasez récord de medicamentos, un problema que lleva décadas produciéndose y que es exclusivo de Estados Unidos, según demuestran los estudios realizados.
Varios senadores dijeron que habían oído a electores enfermos o con pacientes perjudicados por esta escasez. La senadora Marsha Blackburn señaló que el centro médico de Vanderbilt, en Nashville, ha tenido que dedicar más de 100 empleados a gestionar y mitigar las interrupciones causadas por la escasez.
"Esto es algo que se está volviendo demasiado común con nuestros proveedores", dijo el martes la republicana de Tennessee.
La mayoría de los casi 200 desabastecimientos en curso -el 84%- no afectan a medicamentos nuevos o novedosos, sino a genéricos que llevan décadas en el mercado, explicó el senador republicano por Idaho Mike Crapo. Los genéricos constituyen 9 de cada 10 recetas que se dispensan en EE.UU., por lo que su escasez tiene un gran impacto en la salud del país.
"Estos desabastecimientos pueden infligir daños drásticos a poblaciones masivas de estadounidenses", dijo Crapo. "La escasez media afecta al menos a medio millón de consumidores, obligándoles a buscar alternativas viables o a renunciar por completo al tratamiento".
Muchos de estos genéricos tratan el cáncer. La fludarabina, un fármaco fiable utilizado como parte de la terapia con células T CAR, escasea actualmente, según la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA). Como ocurre con muchos medicamentos genéricos utilizados para tratar el cáncer, lleva varios años entrando y saliendo de la lista.
Para Westin y sus colegas, los pacientes con cánceres hematológicos agresivos de evolución rápida no tienen tiempo de esperar a que el fármaco vuelva a estar disponible. Sólo hay un estrecho margen en el que se encuentran lo suficientemente bien como para recibir una terapia de células T CAR potencialmente salvadora, algo que sólo funciona con fludarabina. No hay alternativa, dijo Westin al comité.
"Mis colegas se han visto obligados a tomar decisiones imposibles, incluida la de elegir qué pacientes tendrán prioridad para recibir una terapia potencialmente curativa", afirmó.
"Sabemos cómo tratar el cáncer, pero la escasez obliga a tomar decisiones imposibles", añadió. "Tenemos medicamentos que salvan vidas y escasez que amenaza la vida".
Gran parte del problema de los genéricos es que sus márgenes son ínfimos y apenas generan beneficios, por lo que las empresas no suelen estar interesadas en fabricarlos. Según Crapo, el número de empresas que abandonan el mercado para fabricar estos medicamentos supera en más de un 40% al de las que entran en él.
Gran parte de la fabricación de genéricos se subcontrata a otros países como China e India, lo que puede plantear problemas geopolíticos y de control de calidad, señaló la Dra. Inmaculada Hernández, profesora de la División de Farmacia Clínica de la Facultad de Farmacia y Ciencias Farmacéuticas Skaggs de la Universidad de California en San Diego.
"Tenemos una cadena de suministro de medicamentos que depende en gran medida de la fabricación extranjera. Se trata de un riesgo para la salud pública nacional", declaró Hernández a la comisión.
Una solución sería que el gobierno utilizara pagos basados en el valor para incentivar a los grandes compradores de genéricos, como farmacias y sistemas hospitalarios, a adquirir medicamentos de fabricantes con cadenas de suministro más fiables, dijo.
Los fabricantes de medicamentos genéricos no están obligados a compartir información sobre la cadena de suministro, por lo que actualmente los compradores sólo eligen en función del precio.
Para acabar de verdad con la escasez, los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid, el mayor comprador de medicamentos del país, tendrían que poder comprar basándose en la calidad y fiabilidad de la fabricación, y no sólo en el precio, dijo la Dra. Marta E. Wosińska, economista y profesora de la Brookings Institution.
"Si empezamos a recompensar la fiabilidad, los fabricantes podrán mantener en realidad un punto de precio más alto porque se recompensa, esa fiabilidad. Entonces habrá un incentivo que seguirá", declaró Wosińska el martes.
En otras palabras, más empresas entrarían en el negocio de los genéricos.
Otro problema que tendría que superar el gobierno, según los expertos, es la consolidación de la compra de medicamentos genéricos entre un "pequeño grupo de poderosos intermediarios de la sanidad", dijo el senador demócrata por Oregón Ron Wyden. Aunque se puede ganar dinero con los genéricos, éste va a parar a estos intermediarios -mayoristas de medicamentos y gestores de prestaciones farmacéuticas o PBM- en lugar de a los fabricantes.
"Hay muchas empresas que fabrican genéricos, pero deben competir por la atención de intermediarios muy consolidados", dijo Wyden. Tres mayoristas de medicamentos controlan el 90% del mercado farmacéutico nacional, dijo.
"Los fabricantes de genéricos que obtienen contratos de estos intermediarios lo hacen ofreciendo precios de un céntimo por dólar", afirmó Wyden.
Con precios tan bajos, las empresas no ganan lo suficiente para invertir en capacidad o en equipos, que son fundamentales para fabricar medicamentos fiables y de alta calidad.
"Se produce, en efecto, una carrera a la baja de los precios de los genéricos que provoca problemas de control de calidad y cierres de fábricas", afirmó Wyden.
Estos "intermediarios" también han recibido críticas por elevar los precios de los medicamentos. En un estudio publicado el martes en la revista JAMA, Hernández y sus coautores afirman que los PBM suelen pagar a las farmacias "cantidades excesivas injustificadas por los genéricos, hasta diez veces superiores a los costes de adquisición", que los PBM recuperan mediante devoluciones en lugar de repercutirlas a los clientes.
Hernández explicó a la comisión del Senado que de los 50 medicamentos genéricos más pagados por la Parte D de Medicare, 16 tenían un sobreprecio del 1.000% o más. En el caso del aripiprazol, un fármaco antipsicótico, las farmacias pagaron una media de 17 céntimos por comprimido; el gestor de prestaciones farmacéuticas de Rite Aid pagó 11,70 dólares por comprimido, un aumento del 7.000%.
Reciba el boletín semanal de CNN Health
Suscríbaseaquí para recibir The Results Are In con el Dr. Sanjay Gupta todos los martes del equipo de CNN Health.
"Así que terminan pagando mucho más de lo que, en realidad, la farmacia pagó por el medicamento, por no hablar de lo que el fabricante obtuvo por él", dijo Hernández.
Hernández dijo que recomienda una mayor supervisión de los PBM. La legislación que se encuentra actualmente en el Senado ilegalizaría la práctica de los PBM de "precios diferenciales", en la que las compañías cobran a los pagadores y a los planes de salud más por un medicamento recetado de lo que reembolsan a la farmacia, y el PBM se embolsa la diferencia.
Wosińska y los demás expertos coincidieron en que la escasez de medicamentos continuará hasta que se adopte algún tipo de legislación al respecto.
"Lo preocupante de estos desabastecimientos es que en gran medida se pueden evitar", dijo Wosińska.
Lea también:
Fuente: edition.cnn.com
