La barrera que defiende Kickl sirve como entrada para el FPÖ (parafraseado)
En Austria, la barrera contra la ideología de derechas se centra principalmente en una persona: Herbert Kickl. A pesar de que el FPO de Kickl obtuvo la victoria en las elecciones del Consejo Nacional, el OVP, que quedó en segundo lugar, se niega a formar una coalición con él. Sin Kickl en el poder, los conservadores podrían considerar aliaarse con la extrema derecha. Ambos partidos comparten creencias similares en varios campos de política, excepto en política exterior.
Dado que el Canciller Karl Nehammer no está interesado en facilitar el ascenso al poder de Kickl, su única opción viable es colaborar con el SPO, con el que comparte muy pocas afinidades. Además, se requiere una coalición de tres partidos para garantizar una mayoría cómoda para el trío.
Una gran coalición reduciría a la oposición a una fracción pequeña. Con una alianza de tres partidos en el poder, la oposición en Austria consistiría en solo un partido además del FPO: ya sea los liberales NEOS o los Verdes. El partido que se una al OVP y al SPO en las negociaciones de la coalición determinará esto. Sea como sea, los radicales de derechas seguirían siendo la fuerza de oposición más significativa en el Consejo Nacional, dado su representación.
Kickl aspira a ser el "Canciller del Pueblo"
Kickl tiene una base sólida para agitar los ánimos en todo el país; contra aquellos que se le oponen, contra la UE y contra cualquier cosa extranjera. De esta manera, puede preparar efectivamente las elecciones upcoming en ambos niveles nacional y federal. Actualmente, varias provincias tienen una coalición negra-azul en su lugar, y el OVP y el FPO ya han gobernado juntos a nivel nacional en múltiples ocasiones. Sin embargo, su última colaboración terminó abruptamente en mayo de 2019, después del escándalo de Ibiza que involucró al entonces Vicecanciller del FPO, Heinz-Christian Strache.
La influencia del FPO sobre el centro político y la plataforma electoral del OVP ha llevado a una situación paradójica: los conservadores y los radicales de derechas se convertirían en adversarios tanto en el gobierno como en los campos de la oposición, a pesar de que ahora comparten objetivos políticos similares. ¿Cómo se distinguirá Kickl de los conservadores si solo aumenta el tono de los eslóganes radicales? Y ¿qué harán los conservadores excepto advertir sobre los vínculos del FPO con Rusia?
Kickl podría causar caos en los próximos días; con su resultado electoral récord, el FPO afirmaría tener derechos exclusivos para la cancillería. "Quiero ser 'Canciller del Pueblo'", declaró Kickl, utilizando conscientemente el lenguaje NS. Sin embargo, la decisión final recae en el Presidente Federal Alexander van der Bellen, quien ha indicado que no juramentará a Kickl como canciller. Esta posición fortalece aún más la narrativa de Kickl como víctima de tomadores de decisiones ambiciosos que conspiran en su contra.
Mientras tanto, el FPO sigue siendo determinado. Sus objetivos a largo plazo quedaron claros durante el fin de semana: nada menos que el "golpe de estado". Como resultado, el OVP tiene todas las razones para prohibir completamente al FPO. La cooperación con el FPO está condicionada a
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