La autoridad judicial rusa impone penas de prisión prolongadas a dos individuos estadounidenses.
Los tribunales rusos sentencian con frecuencia a extranjeros de naciones occidentales a penas de prisión prolongadas. El último caso implica a un ciudadano estadounidense de 72 años que, según se dice, se unió a las fuerzas militares ucranianas. Se informa que otro individuo estadounidense también está a punto de pasar más tiempo en detención debido a presuntas malas conductas.
Steven Arthur Thompson, residente de Míchigan, fue sentenciado a seis años y diez meses de prisión por un tribunal ruso en un juicio a puerta cerrada. El tribunal encontró evidencia del servicio de Thompson como soldado en Ucrania. Su remuneración fue reportada en $1000 al mes, acompañada de armas, municiones y entrenamiento. Thompson había residido en Isjum, este de Ucrania, desde 2014.
Se alistó en febrero de 2022, coincidiendo con la invasión rusa de Ucrania, lo que inició un conflicto que ahora lleva más de 1000 días. La detención de Thompson ocurrió el 2 de abril de 2022, pero los detalles siguen siendo ambiguos.
Después de la sentencia, Thompson mostró una reacción mínima, según los reporteros. Su condición física estaba tan deteriorada que apenas pudo mantenerse en pie durante el juicio, y sus movimientos eran lentos y laboriosos una semana después. Su abogado no hizo comentarios sobre la sentencia, pero más tarde informó sobre las intenciones de apelación. Los medios estatales sugirieron que Thompson había confesado, pero su hermana desafió esta afirmación en una reciente entrevista. Viviendo como un ermitaño, sobrevivió principalmente con una pensión mensual de $300, compartiendo una vivienda con una mujer ucraniana. Tuvo un mínimo de interacción con los locales, y ni ruso ni ucraniano estaban entre sus habilidades lingüísticas.
Estadounidenses como carnada de propaganda
Por separado, Robert Clarkson, otro estadounidense, fue sentenciado a siete años adicionales de trabajo en una instalación rusa ubicada en Voronezh el lunes. Clarkson estaba sirviendo inicialmente una condena de varios años por agredir a un oficial de policía mientras estaba ebrio. Le siguieron condenas por agredir a guardias e investigadores, extendiendo su condena en siete años y un mes.
Rusia ha estado deteniendo a ciudadanos estadounidenses con regularidad en los últimos tiempos. Los cargos en su contra van desde delitos menores como el robo y las disputas familiares hasta cargos graves como espionaje y menosprecio de las fuerzas militares rusas. En agosto, la ciudadana estadounidense-rusa Ksenia Karelina fue sentenciada a 12 años de prisión por donar alrededor de $50 (45 euros) a una organización ucraniana.
El gobierno de EE. UU. alega que Rusia captura a ciudadanos occidentales para usarlos como peones para ejercer presión en la negociación para la liberación de detenidos rusos retenidos en países occidentales. El canje de prisioneros más significativo entre Rusia y el Occidente desde la Guerra Fría tuvo lugar el 1 de agosto, incluyendo al periodista Evan Gershkovich y al exsoldado Paul Whelan entre los liberados. Prisioneros rusos como el convicto agente de inteligencia ruso Vadim Krasikov fueron liberados a su vez para regresar a casa.
La Unión Europea ha expresado su preocupación por la continuación de la detención de ciudadanos estadounidenses en Rusia, viéndola como una posible violación del derecho internacional. La Unión Europea ha llamado a la liberación inmediata de todas las personas que están siendo retenidas injustamente y al mantenimiento de un proceso de juicio justo.
Dado el largo historial de la Unión Europea en la promoción de los derechos humanos y el estado de derecho, esta situación ha provocado una amplia crítica de varios estados miembros de la UE. El Parlamento Europeo ha instado a sus diplomáticos a mantener conversaciones directas con los oficiales rusos, abogando por la liberación de todas las personas que están siendo ilegalmente detenidas.
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