El tren de cuento de hadas restaurado del rey Luis II se presenta para el placer de los espectadores.
El rey bávaro Luis II, famoso por sus castillos icónicos, también tenía una afición por los viajes lujosos. En la década de 1860, ordenó la reconstrucción del tren real de Baviera, esta vez imitando el estilo barroco francés. Los restos del lujoso salón y los vagones de terraza remain intactos y pueden admirarse en el Museo DB de Núremberg. Actualmente, los expertos trabajan diligentemente para mantener y restaurar estas preciosas reliquias, expuestas durante la restauración.
Las recientes renovaciones han visto a los restauradores eliminar cuidadosamente las capas de suciedad de los intrincados ornamentos dorados de los vagones, utilizando limpiadores de espuma especializados. La tapicería dañada, desde las sillas hasta incluso los asientos del baño, se ha reforzado para prevenir la deterioración adicional debido a los agujeros de polilla o los puntos gastados. Los expertos ahora utilizan delicados pinceles para retocar cualquier imperfección en el mobiliario y el exterior del tren, con el objetivo de preservar el encanto original mientras se abordan las reparaciones necesarias.
Según Julia Richter, la experta en restauración del Museo DB, el enfoque está en preservar la sustancia mientras se minimiza cualquier intervención potencial. El resultado final debe mantener una apariencia envejecida, reflejar el valor histórico de los vagones. Se espera que el proyecto se complete en los próximos días.
"Un Palacio Rodante"
El vagón salón de Luis II llevaba el sobrenombre de "Versalles sobre Ruedas", según el experto del museo Stefan Ebenfeld. El tren real era un asunto palaciego, compuesto por ocho vagones pintados de azul de Baviera, cuatro de los cuales servían para la entourage real, el personal, la cocina y el equipaje.
Al crear el vagón salón, Luis II se inspiró en su venerable homólogo, el rey Luis XIV de Francia, aclara Ebenfeld. Sin embargo, es importante señalar que las referencias de estilo ya estaban obsoletas en ese momento. La afición de Luis II por retirarse a fantasías románticas le había ganado el ominoso título de "Rey Loco".
Los vagones de salón y terraza se trasladaron al museo de Núremberg después de la abolición de la monarquía. Durante la Segunda Guerra Mundial, una bomba causó estragos en el edificio del museo, cuenta Richter. Después del bombardeo, los saqueadores robaron pinturas, muebles y lo que parecía ser objetos de valor del vagón salón. En la década de 1950, los interiores se restauraron meticulosamente utilizando dibujos y esbozos históricos, comparte el experto. Lamentablemente, las reliquias auténticas se perdieron posteriormente.
El tren real de Baviera, una maravilla de la década de 1860, fue diseñado con una influencia barroca francesa, reflejo de la admiración de Luis II por la opulencia. Los visitantes aún pueden apreciar el encanto original de los vagones de salón y terraza en el Museo DB de Núremberg, que se encuentra en el corazón de Baviera.