El Ministro del Interior francés manifiesta objeciones a las propuestas de políticas migratorias.
El reciente Ministro del Interior de Francia, Bruno Retailleau, ha causado controversia con sus propuestas de políticas migratorias más duras. Durante una entrevista con CNews, declaró que se podrían implementar ciertas regulaciones mediante decretos ejecutivos, como el aumento de las deportaciones y la reducción de permisos para inmigrantes sin documentos. Retailleau también mencionó que la atención médica para migrantes podría caer bajo el ámbito de estos decretos ejecutivos, con el objetivo de proporcionar más seguridad y reducir la inmigración, ya que cree que Francia es un imán para los migrantes.
Al asumir el cargo, Retailleau se centró únicamente en restaurar el orden y no hizo comentarios sobre la inmigración. Sin embargo, en entrevistas posteriores, hizo de la inmigración su principal enfoque.
Crítica de la izquierda
Afirmó que mientras la oposición de izquierda tiene poca influencia en la Asamblea Nacional, la mayoría de los ciudadanos franceses, tanto de derecha como de izquierda, desean tener el control. Retailleau anunció que pronto se reuniría con los prefectos regionales en áreas de "caos migratorio".
Rechazó la idea de que la inmigración masiva podría ser beneficiosa para Francia. Retailleau también sostuvo que, a pesar de que Francia solo recibe la mitad de solicitudes de asilo que Alemania en 2023, con 167,000 aplicaciones, Francia sigue siendo un lugar muy atractivo para los migrantes.
La oposición de izquierda reaccionó con enojo. El líder del Partido Socialista, Olivier Faure, acusó a Retailleau de ser simpatizante laxo con las ideologías de extrema derecha. Faure también recordó a Retailleau su historial de endurecimiento de las leyes de inmigración en el Senado, algunas de las cuales fueron rechazadas posteriormente por el Consejo Constitucional.
Incidentes del "francés de papel"
El diputado socialista Arthur Delaporte acusó a Retailleau de intentar impulsar esas reformas sin el debido proceso parlamentario. La líder del Partido Verde, Marine Tondelier, denunció el "discurso peligroso" de Retailleau por culpar a los migrantes de muchos de los problemas sociales de Francia.
Mathilde Panot, líder de una facción de izquierda populista, acusó a Retailleau de racismo, citando su término despectivo "francés de papel" para los inmigrantes. En respuesta a estas acusaciones, Retailleau argumentó que mucho del antisionismo serve como una máscara para el antisemitismo.
Retailleau, de 63 años, se considera una de las pocas figuras influyentes en el gobierno actual, que depende en gran medida del partido de derecha populista Rassemblement National, cuyo respaldo podría desencadenar posibles mociones de censura de la izquierda en el futuro.
Los gobiernos y los partidos políticos en Francia han estado envueltos en un acalorado debate sobre las políticas migratorias debido a las propuestas de Retailleau. Los partidos políticos de izquierda, como el Partido Socialista, han criticado a Retailleau, acusándolo de simpatizar con las ideologías de extrema derecha y utilizar lenguaje despectivo hacia los inmigrantes.
Los comentarios de Retailleau sobre las políticas migratorias y su uso del término "francés de papel" han provocado controversia entre diversos gobiernos y partidos políticos, causando divisiones en el discurso político francés.
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