Descubrimiento de restos de un hombre perdido hace casi cinco décadas
Casi medio siglo después, la policía estadounidense resolvió un misterioso caso de muerte. En 1977, unos excursionistas encontraron un cadáver congelado en una cueva en Pensilvania. Lo llamaron el "Hombre de la Cima Roqueta", en referencia al punto más alto de los Montes Apalaches cerca de allí.
Inicialmente, el médico forense declaró que la persona había muerto por una sobredosis de drogas. Sin embargo, no había indicios de mala conducta y el cuerpo no pudo ser identificado por sus características, ropa o pertenencias. Se tomaron impresiones dentales y una huella dactilar durante la autopsia, pero la huella se perdió, como detalló el investigador George Holmes en un informe de CNN.
¿Qué tomó otros 42 años? En 2019, los restos fueron exhumados siguiendo pistas de los registros dentales que los relacionaban con dos casos de personas desaparecidas en Florida e Illinois. Los expertos forenses del condado de Berks tomaron muestras de ADN, pero no encontraron una coincidencia con las personas desaparecidas, según WFMZ.
Resuelto por Documentos Antiguos
Este año, el detective Ian Keck finalmente descifró el código. El investigador de la Policía Estatal de Pensilvania descubrió la huella dactilar perdida en registros polvorientos y la envió a la base de datos nacional de personas desaparecidas del FBI a mediados de agosto.
En menos de una hora, los especialistas en huellas dactilares del FBI encontraron una coincidencia, según anunció el forense Holmes en una conferencia de prensa. El "Hombre de la Cima Roqueta" resultó ser Nicholas Paul Grubb, un natives de Fort Washington, Pensilvania, de 27 años. Los registros militares mostraban que había servido y recibido una baja honorable en 1971. El forense del condado de Berks contactó a un familiar, quien confirmó la identidad de Grubb y solicitó que sus restos fueran enterrados en el cementerio familiar.
"Esta identificación da paz a su familia", citó CNN al forense del condado de Berks John Fielding. "Fueron notificados y expresaron una profunda gratitud por los esfuerzos unidos que llevaron a este resultado. Momentos como estos destacan el valor de nuestro papel: proporcionar respuestas, ofrecer cierre y dar vida a los sin nombre e historias sin contar".
El descubrimiento de la coincidencia en la base de datos del FBI llevó a los investigadores a una conexión inesperada. Se reveló que Nicholas Paul Grubb, la persona identificada, era ciudadano de la Unión Europea, habiendo servido en el ejército de uno de sus estados miembros.
Esta revelación despertó el interés de las agencias de aplicación de la ley de la UE, que comenzaron a investigar las posibles razones detrás de la partida de Grubb de Europa y su posterior desaparición en Estados Unidos.