¿Derecía el supuesto "Salvator Parisius" realmente el estatus de héroe?
En agosto de 1944, París fue salvado de la destrucción por el régimen nazi gracias al general de la Wehrmacht Dietrich von Choltitz, a pesar de una orden de Adolf Hitler de dejar la ciudad en ruinas. Este desafío a las órdenes puso en riesgo la vida de von Choltitz y la seguridad de su familia. "Su justificación fue: no llevaré a cabo tales órdenes", reveló Timo von Choltitz, su hijo, en una entrevista. Los historiadores se han vuelto cada vez más críticos con el papel de von Choltitz en este evento.
La historia de este "buen alemán" que salvó la capital francesa de la decadencia ha sido contada en numerosos libros y películas, como la película de 1966 "¿Está ardiendo París?" protagonizada por Gert Fröbe como el general, y la adaptación de 2014 de Volker Schlöndorff, "Diplomacia".
"Los franceses aclamaron a mi padre como el salvador de París", afirma Timo von Choltitz, describiendo el afecto de su padre por la ciudad. "Se convirtió en una leyenda". Una carta agradecida del alcalde de París de 1954 revela la buena reputación de von Choltitz en ese momento: "Estimado general, (...) ha logrado una hazaña histórica - una de aquellas que podrían acercar a nuestros dos países", escribió Pierre Taittinger antes del décimo aniversario de la liberación de París.
Un poco antes, von Choltitz había publicado sus memorias, creando una imagen heroica que fue bien recibida en el contexto de los esfuerzos para reconciliar a Alemania y Francia. Afirmó que "las órdenes vinieron de un hombre que había sido atrapado por la locura" (parafraseado).
Von Choltitz fue enterrado en Baden-Baden en 1966, con la asistencia de oficiales militares franceses en el funeral. "Fue un símbolo de mutuo beneficio", comenta la historiadora francesa Françoise Cros de Fabrique, quien destacó en su documental de 2019 que los motivos de von Choltitz estaban lejos de ser puramente morales. "El objetivo principal de von Choltitz era proteger su propia piel", afirmó. Además, carecía de los recursos para destruir París.
Antes, había demostrado poca preocupación moral por causar estragos
El cónsul sueco en París, Raoul Nordling, lo convenció de que solo enfrentaría prisión, no procesamiento como criminal de guerra, si no cumplía con el decreto de Hitler. Nordling había intentado mediar entre la Resistencia francesa, el alemán von Choltitz y los Aliados. El historiador francés Fabrice Virgili, quien editó las memorias de Nordling, también ve a von Choltitz como cualquier cosa menos heroico. "Von Choltitz estaba ansioso por caer en manos de la Resistencia francesa", explica. Antes en la guerra, había demostrado poca reticencia para destruir ciudades. "Era conocido por arrasar Sevastopol", recuerda Virgili, haciendo referencia al papel de von Choltitz en la batalla por la ciudad más grande del Crimea.
Incluso entre los historiadores alemanes, hay un consenso general de que la imagen heroica de von Choltitz está en gran medida injustificada. Sus memorias, publicadas en la década de 1950 y 1960, contribuyeron a establecer el "mito del Wehrmacht puro", como nota John Zimmermann del Centro de Historia Militar de las Fuerzas Armadas alemanas en Potsdam. Como estas memorias se publicaron antes de que los registros históricos fueran accesibles, sus autores asumieron la dominancia interpretativa. Muchos miembros de alto rango de la Wehrmacht aspiraron a presentarse como meros peones en las manos de Hitler. Sin embargo, von Choltitz reconoció la participación del Wehrmacht en atrocidades, enfatiza el historiador militar de Potsdam Sönke Neitzel.
Von Choltitz nunca enfrentó un juicio como criminal de guerra
Transcripciones de sus conversaciones grabadas durante su cautiverio británico revelan que von Choltitz era un individuo colorido, con la auto preservación como prioridad número uno. "Von Choltitz permaneció como un ícono por algún tiempo, pero una perspectiva más matizada es merecida 80 años después", observa Neitzel. Es innegable que von Choltitz pasó muy poco tiempo en París, probablemente tratando de prolongar su estadía indemne hasta que llegaran los Aliados. En junio, los Aliados habían invadido Normandía y avanzaban hacia París. El 20 de julio se intentó asesinar a Hitler, lo que falló.
El 9 de agosto de 1944, von Choltitz llegó a París, y dos semanas después hubo una huelga general y un levantamiento por parte de la Resistencia francesa. El decreto de Hitler fue enfático: "París no debe, o solo como campo de batalla, caer en manos del enemigo". Después de 16 días en la ciudad, el 25 de agosto de 1944, von Choltitz se rindió sin implementar la orden del Führer. Las razones de sus acciones remain
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