Compró la casa de una estrella de cine en Francia y pagó 300.000 dólares para arreglar la piscina
Originario de Gales, este padre de dos hijos llevaba varios años viviendo en París, pero tras pasar por una separación, le asaltó la idea de mudarse a la campiña francesa.
Se dio cuenta de que había encontrado oro cuando le enseñaron una casa en Courgent, una ciudad situada en la región de Île-de-France, a unos 45 minutos en coche de la capital francesa.
Pero no fue sólo la casa lo que le entusiasmó. Era la impresionante, pero muy descuidada, piscina que la acompañaba.
Piscina con potencial
Aunque la piscina estaba muy deteriorada, estaba claro que había sido una estructura impresionante y que podía volver a serlo con mucho trabajo.
"Me quedé absolutamente asombrado", cuenta a CNN Travel Jeremy, que ha pedido que no se utilice su nombre completo. "Porque el potencial para rehacer la piscina y crear un proyecto excepcional era todo lo que podía imaginar. Simplemente pensé 'este es el lugar'".
Jeremy, que lleva muchos años trabajando en el sector inmobiliario, pronto descubrió que la casa había pertenecido a la actriz francesa Danielle Darrieux, que apareció en más de 100 películas a lo largo de sus ocho décadas de carrera, durante los años cincuenta.
Tras hablar con los vecinos, se enteró de que la piscina, que se cree que se construyó en 1938, había sido un lugar de reunión popular y muchos recordaban que allí les enseñaban a nadar.
Algunos incluso le enviaron fotos de Darrieux, que falleció en 2017 a los 100 años, nadando en la piscina durante su estancia en la casa.
Se cree que Darrieux, que apareció junto a Douglas Fairbanks Jr. en la película de Hollywood de 1938 "La furia de París", vivió allí durante bastante más de una década.
"Eso me motivó aún más para hacer el proyecto", admite. "Este lugar tiene una historia. Tiene una historia".
Un antiguo propietario famoso
Una vez sopesado todo, Jeremy dice que presentó con cautela una oferta "un 30 o 40% inferior al precio de venta" y esperó lo que creía que sería un rechazo inevitable.
"No creía que fuera a aceptar", admite. "Pero para mi sorpresa lo hizo".
Aunque Jeremy ha trabajado en varias reformas de hoteles, ésta sería su primera piscina. Además, el proyecto costó unas cinco veces su presupuesto original.
"Llevaba más de 35 años sin usarse, así que era una ruina", explica. "Tuvimos que empezar todo de cero".
Cuando quedó claro que el coste de restaurar la piscina no sería necesariamente viable económicamente en términos de añadir un valor sustancial a la casa, Jeremy empezó a buscar otras formas de recuperar parte de los costes de renovación.
Como no había ninguna piscina de este tipo en la zona, decidió alquilarla unos días a la semana y mantenerla para uso personal el resto del tiempo.
Decidido a ponerla en marcha lo antes posible, Jeremy hizo todo lo posible para convencer al propietario de que le permitiera empezar a trabajar en la piscina antes de que se cerrara la venta.
Entonces empezó a negociar acuerdos con distintas empresas para iniciar las obras de reestructuración, incluida una empresa especializada en piscinas, con el fin de transformarla en "la laguna climatizada más bonita de Francia".
Jeremy firmó los contratos en septiembre de 2020, en plena pandemia de Covid-19. Dice que cuando se convirtió oficialmente en propietario, en febrero de 2021, ya se habían completado casi cuatro meses de trabajo en la piscina.
En cuanto al diseño, Jeremy optó por ir tan "por encima" como le fuera posible.
Increíble transformación
"Quería rocas altas, luces LED y todo lo demás", dice.
El proyecto supuso la creación de nuevas infraestructuras para la electricidad, el gas y el agua -antes el agua venía directamente de un río cercano-, así como la instalación de nuevos sistemas eléctricos, la creación de rocas de piedra y la instalación de tuberías, evacuaciones y alimentadores bajo la piscina.
Jeremy dice que todo el proceso de renovación duró unos 12 meses y costó 500.000 euros (unos 500.000 dólares), de los que unos 330.000 se gastaron en la piscina y el resto en obras exteriores, como la infraestructura, las plantas y las terrazas. Dice estar encantado con el resultado final.
"Es como estar en una laguna natural, pero a una hora de la ciudad más grande de Francia", añade. "Hay cascadas y puedes saltar desde las rocas desde dos metros de altura. No tienes la impresión de estar en una piscina".
Jeremy se quedó atónito al desenterrar durante el proceso de renovación un antiguo camino de baldosas de piedra que conducía de la laguna al río cercano, con una fuente cerca de su centro.
"Fue todo un descubrimiento. Supongo que puedo decir que soy la única persona de París que posee una isla privada", bromea, y añade que tiene previsto renovar el camino durante el próximo año.
Aunque la piscina, de 24 metros de largo y nueve de ancho, con una profundidad de más de dos metros, es sin duda la principal atracción, Jeremy está encantado con su nuevo hogar, que afortunadamente necesitó muy poco trabajo antes de mudarse.
Vida urbana
Desde que se trasladó a Courgent, que tiene unos 400 habitantes, Jeremy dice que se ha instalado con relativa facilidad y que ha recibido muy buenos comentarios de los lugareños sobre la piscina.
De hecho, algunos de los vecinos que nadaron en ella por primera vez cuando pertenecía a Darrieux se han acercado para preguntar si pueden echar un vistazo a su transformación.
Darrieux tuvo una larga relación con el pueblo y, al parecer, regresó a la zona más tarde en su vida, viviendo a pocos kilómetros de su antiguo hogar.
Aunque Jeremy dice que ha recibido mucho apoyo del ayuntamiento desde que se mudó a Courgent, se ha esforzado por no "pisar a nadie".
"Hay que tener cuidado", explica. "No quieres hacer demasiado ruido, ni que haya demasiadas obras. Pero ha funcionado bastante bien".
Toques finales
"Una de las vecinas vino a verme un poco preocupada porque se había enterado de que pensaba hacer fiestas y alguien había dicho que íbamos a poner un DJ en los árboles.
"Le dije: 'esta semana no, pero pregúntame la semana que viene'".
Deseoso de aprovechar al máximo sus 1,5 hectáreas de terreno, Jeremy decidió importar y renovar una caravana Airstream americana de 1974, que da a la laguna y también se puede alquilar.
Cuando no está disfrutando de la piscina, alojando a los amigos de sus hijas o recibiendo la visita del colegio local, la alquila por unos 250 euros por dos horas, o hasta 3.000 euros al día.
Aunque ha recibido muy buenas críticas de los clientes y de los curiosos, que a veces se acercan a preguntar si pueden verlo de cerca, Jeremy quiere añadir algunos toques especiales.
Planea instalar una línea eléctrica para poder iluminar algunos árboles, añadir un túnel de rosas sobre el puente y una cocina exterior.
"Sólo estaré satisfecho cuando todos los detalles estén terminados", admite Jeremy, explicando que probablemente pasarán uno o dos años antes de que la piscina esté totalmente terminada.
Mientras tanto, está aprovechando al máximo el hecho de tener una hermosa piscina, o laguna, con tanta historia a su disposición.
"Incluso ahora, me sigue sobrecogiendo nadar por la noche", dice. "Cuando está completamente oscuro, puedes ver la luna y las estrellas, y sólo estás tú, la naturaleza y el agua.
"Siempre digo que es el equivalente a estar en Costa Rica sin el billete de avión".
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Fuente: edition.cnn.com
