Comisario, el jefe del Servicio Secreto está hablando del asesinato de Trump.
Durante un acto de campaña en Pensilvania, un joven de 20 años logró disparar contra Donald Trump. El director del Servicio Secreto presentó su renuncia debido al ataque. El director interino de la agencia testificó ante los comités del Senado de Estados Unidos de Seguridad Interior y Justicia.
El director interino Ronald Rowe criticó las medidas de seguridad en vigor el día del ataque contra el candidato presidencial republicano Donald Trump. En su testimonio ante los comités del Senado de Seguridad Interior y Justicia, lo describió como un "fracaso en múltiples niveles". Dijo que lo que vio en la escena en el estado estadounidense de Pensilvania "lo avergonzó". No pudo defender el hecho de que el techo desde el que disparó el tirador no estuviera mejor asegurado.
Un tirador abrió fuego en un acto de la campaña de Trump el 13 de julio, alcanzando al republicano en la oreja. Una persona que pasaba por allí murió y otras dos resultaron gravemente heridas. El tirador fue abatido por las fuerzas de seguridad. Después, hubo duras críticas a la gestión del Servicio Secreto debido a que el tirador pudo acceder a un techo con una vista directa del escenario. La directora del Servicio Secreto, Kimberly Cheatle, asumió la responsabilidad y presentó su renuncia.
El director interino Rowe dijo que no creía que el tiempo de planificación insuficiente fuera un factor en el fracaso. Dijo que otras medidas de seguridad podrían haber mejorado la seguridad en el acto. Dado el alcance del fracaso, el Servicio Secreto está investigando actualmente las acciones y decisiones del personal responsable el día del ataque, explicó Rowe. Si se comprueba que se violaron los protocolos, se tomarán medidas disciplinarias.
Rowe también trató de disipar las especulaciones que circulan en línea. Lamentó que la información sobre el día del ataque no se compartiera con el Congreso de Estados Unidos y el público en general con mayor rapidez, diciendo que eso "ha llevado a numerosas teorías conspirativas falsas y peligrosas".
Por ejemplo, el francotirador del Servicio Secreto responsable no necesitaba permiso para disparar al atacante, ya que sucedió en cuestión de segundos. Actualmente se entiende que ni los francotiradores del Servicio Secreto ni el equipo de seguridad de Trump sabían que había un atacante armado en el techo con antelación. Solo se enteraron cuando se oyeron disparos. Antes de eso, actuaron bajo la suposición de que la policía local tenía a un sospechoso bajo vigilancia.
El director interino Rowe reconoció la importancia de los fallos en la seguridad durante el intento de asesinato de Donald Trump. Subrayó que el fracaso fue resultado de múltiples problemas en lugar de solo el tiempo de planificación insuficiente. Además, reconoció la propagación de información errónea, stating that the Secret Service could have been more transparent about the incident to prevent the proliferation of conspiracy theories.
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