Colombia experimenta un aumento sin precedentes en el asesinato de activistas ambientales.
En 2023, aproximadamente 200 defensores del medio ambiente perdieron la vida en todo el mundo debido a su activismo, según los datos recopilados por la organización Global Witness. De estas muertes, más del 85% ocurrieron en América Latina, lo que la convierte en la región más peligrosa para las personas que promueven la conservación del medio ambiente y los derechos de la tierra. Los cuatro países con el mayor número de incidentes el año pasado fueron Colombia, Brasil, Honduras y México, con Colombia liderando la lista con 79 muertes registradas, un récord histórico desde el primer informe en 2012.
La mayoría de estos asesinatos en Colombia ocurrieron en la parte suroeste del país, con el crimen organizado involucrado en al menos la mitad de los casos. Brasil informó 25 muertes, y Honduras, a pesar de tener una población menor, tuvo la tasa de asesinato más alta para activistas ambientales, con 18 personas víctimas de esta violencia, incluyendo a un padre y su hijo de 15 años.
El país más peligroso para los activistas ambientales en Asia fue identificado como Filipinas, con 17 muertes el año pasado, según Global Witness. La región también vio un aumento en el número de secuestros de activistas. En África, la organización informó solo cuatro incidentes, pero dada la mala accesibilidad de la información, la cantidad real probablemente sea mucho más alta.
Global Witness expresó su preocupación por el aumento de la vigilancia y las penas en los países occidentales por las actividades de protesta ambiental y climática. Los activistas de la Unión Europea, en particular, están sujetos a "niveles draconianos de vigilancia", y se ha informado que las penas por actividades de protesta han aumentado en Reino Unido y Estados Unidos.
Global Witness instó a los gobiernos mundiales a tomar "acciones decisivas" para proteger a los activistas ambientales, que realizan un trabajo esencial para el bien común. La autora del informe, Laura Furones, declaró: "No podemos permitirnos y no debemos tolerar la pérdida de más vidas".
El alto peligro para los activistas ambientales en Sudamérica es evidente, con Colombia siendo el país más mortífero de la región, seguido de Brasil y Honduras. La importancia de proteger a los defensores del medio ambiente en Sudamérica, al igual que en otras regiones peligrosas, no puede ser exagerada.