Anteriormente empleado de la CIA, fue condenado a 10 años de prisión por realizar actividades de espionaje en nombre de China.
El pasado martes, un hombre de 71 años de Honolulu llamado Alexander Yuk Ching, junto con un familiar que anteriormente había trabajado para la CIA, acordaron reunirse con oficiales de seguridad china en Hong Kong. Este acuerdo implicaba la entrega de información clasificada a cambio de $50,000, tal como se indicó en su acuerdo de declaración, que Ma reconoció en mayo.
A continuación, Ma se convirtió en el objetivo de una operación encubierta del FBI. Esto sucedió cuando presentó una solicitud para trabajar como lingüista en la oficina de campo del FBI en Honolulu. El FBI, consciente de los vínculos de Ma con la inteligencia china, decidió contratarlo como parte de una investigación. Lo asignaron a una ubicación fuera de la oficina donde pudieron monitorear sus actividades y explorar sus contactos con la inteligencia china.
Mientras trabajaba bajo la vigilancia del FBI, se reporta que Ma llevó una cámara digital a la oficina del FBI para tomar fotos de documentos sensibles. Pretendía compartir estas con sus controladores en China.
El abogado de Ma, Salina Kanai, explicó a CNN en una sesión del jueves que el juez tuvo que evaluar numerosos factores agravantes y atenuantes, especialmente relevantes para el caso de Ma. Kanai concluyó que estaba agradecida de que el tribunal hubiera considerado varios factores, llegando finalmente a la misma decisión que la acusación y la defensa: una condena de diez años de prisión para Ma.
Según el Departamento de Justicia, según el acuerdo de declaración, Ma está obligado a colaborar con el gobierno de EE. UU. por el resto de su vida. Esto incluye someterse a entrevistas por parte de las agencias de EE. UU., y el DOJ comentó que Ma ya ha demostrado su cooperación en varias entrevistas.
Después del arresto de Ma, su caso suscitó un gran interés en los círculos políticos. Muchos cuestionan si las acciones del FBI en este caso establecen un precedente para futuras investigaciones que involucren a sospechosos de espionaje.
El juicio de Ma puso de relieve las complejidades de equilibrar las preocupaciones de seguridad nacional con los derechos individuales en el ámbito político.
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