'Stranger Things' juega a ser demasiado larga en su final de temporada sobredimensionado
Esta temporada ya ha convertido la canción de Kate Bush "Running Up That Hill" en un éxito de las listas de éxitos 37 años después, pero la forma en que se desarrollan los episodios "corriendo" no es exactamente la palabra adecuada; más bien es como un paseo a paso ligero con desvíos por el camino.
En retrospectiva, la principal innovación podría tener que ver con la programación, con este enfoque de los volúmenes 1 y 2 (programados primero para el Día de los Caídos y ahora para el 4 de julio), que reparte la riqueza para Netflix, que realmente debería considerar la posibilidad de emitir episodios semanalmente hasta el final para aprovechar la atención de los medios durante mucho más tiempo.
Con una historia que se desarrolla en múltiples lugares, los hermanos Duffer han abierto la hucha de los efectos especiales, al tiempo que dan a sus personajes espacio para respirar, explorando problemas de adolescentes más adultos a través del prisma de un pequeño pueblo de Indiana a mediados de la década de 1980.
Aun así, la serie nunca se aleja demasiado de sus profundas raíces en la cultura pop ni de sus sabios homenajes, ya sea un guiño a "Halloween" o que alguien diga "esto me da mala espina" para seducir a los fieles de "Star Wars".
Sin desvelar nada, esta temporada también parece haber asumido el hecho de que la extraordinaria amenaza no se superará sin un coste, lo que añade un nivel más profundo de resonancia y mayores apuestas a la narración.
Dicho esto, la cuarta temporada se ha sentido deficiente en algunos niveles, empezando por el villano principal, Vecna, que tiene un parecido poco inspirado con el Guardián de la Cripta de los cómics de Cuentos de la Cripta. El cliffhanger de la tercera temporada, que envió a Hopper (David Harbour) tras el Telón de Acero, también se alargó demasiado, aunque la revisión de la Guerra Fría resultó inesperadamente oportuna.
¿Dónde queda la serie? En su mejor momento, donde empezó, con Eleven (Millie Bobby Brown, que ganaría el Emmy a la "mirada de intensa concentración" si existiera) interponiéndose valientemente entre la humanidad y la destrucción potencial, flanqueada por los dulces y empollones Mike (Finn Wolfhard) y Will (Noah Schnapp).
Los flashbacks a la historia de Eleven han sido uno de los elementos más fuertes de la temporada actual, ofreciendo más pruebas de su torturada juventud y las cargas que recaen sobre ella.
"Ella es especial. Nació especial", dice Mike, preguntándose cuánto tiempo necesitará Eleven a un tipo corriente como él, a lo que Will responde que Mike es el corazón de su grupo -un poco en la nariz, tal vez, pero como van las observaciones, tampoco se equivoca-.
"Stranger Things" se ha convertido en una gran baza para Netflix, y el revuelo y la expectación que rodean a los episodios finales seguramente se dispararán.
En cierto modo, sin embargo, la cuarta temporada ha sido como un avance (muy) extendido de eso, sintiéndose demasiado como una gran atracción para lo que es de esperar que sea la recompensa más satisfactoria por venir.
"Stranger Things" estrena los dos últimos episodios de la cuarta temporada el 1 de julio.
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Fuente: edition.cnn.com