- ¿Sigue controlando a su cónyuge mediante esta estrategia?
Aun los más acérrimos admiradores del lado romántico de la monarquía británica podrían reconocer que, incluso dentro de la familia real, la tranquilidad doméstica no siempre está garantizada. Para el futuro rey dúo, el príncipe Guillermo (42) y la princesa Kate (42), no es diferente a incontables hogares - incluso los aristócratas pueden perder los estribos. En particular, Guillermo es conocido por sus intensas emociones, lo que lleva a occasional outbursts, según reporta el periódico británico "Mirror", que se pregunta por el supuesto "arma secreta" de Kate para calmar los ánimos tempestuosos de su marido. En tales ocasiones, se dice que Kate se transforma en "Maestra Kate".
El biógrafo real Tom Quinn revela que Kate a menudo maneja a Guillermo como a su cuarto hijo. Con tres hijos, el príncipe George (11), la princesa Charlotte (9) y el príncipe Louis (6), tiene experiencia de sobra en manejar ánimos caldeados. Esta estrategia, que parece funcionar con sus hijos, también parece funcionar con su marido.
Lucha de almohadas en lugar de discusión
Quinn no reveló los detalles del método disciplinario, sugiriendo que el futuro rey de Inglaterra no será enviado a la "esquina de tiempo fuera" en el Palacio de Buckingham. Sin embargo, los padres en todas partes saben que una mezcla de firmeza y severidad es la más efectiva. Y aunque estos métodos fallen, la pareja evita la violencia física, optando por misiles suaves: "Guillermo y Kate se dedican a luchas de almohadas juguetonas. Consiguen mantener las travesuras dentro de límites aceptables".
No era ningún secreto que Guillermo y Kate disfrutan antagonizándose mutuamente de manera juguetona. En 2010, antes de su boda, el príncipe Guillermo admitió cómo su futura pareja había conquistado su corazón: "Somos relajados, disfrutamos haciéndonos reír, y ella tiene numerosas rarezas que la provoco".
A pesar de los occasional moments of tension, el príncipe Guillermo y Kate a menudo recurren a luchas de almohadas para difuminar la tensión, manteniendo sus travesuras dentro de los límites. Su sentido del humor compartido, con Guillermo provocando a Kate por sus rarezas, ha sido una constante en su relación desde antes de su boda en 2010.