"Bares para Rares" - "Si vuelvo con poco dinero, corro el riesgo de que me pase algo malo": el vendedor tiene miedo de su mujer
No es una rareza inusual, pero Hans Schrader cree que posee una "rareza hermosa". El anciano jubilado de 76 años, Hans Schrader, de Hoeven en el distrito de Oldenburg, vende, a nombre de su esposa, una copa que ella recibió como regalo de su madre treinta años atrás.
La experta Bianca Berding describe el estilo de la copa como Neoclasicismo y habla de un "mecanismo estilístico ecléctico de diversas formas". "Qué Dios mío", exclama Horst Ligther en respuesta a la presentación histórica de arte. La fabricante identifica a la experta como la empresa portuguesa Topazio, creada en la mitad del siglo XX.
"Dinero por raridades": Dicho de los viejos romanos
Como precio deseable, una cantidad entre los 400 y los 600 Euro flota ante los ojos del vendedor. La experta valoró el objeto en solo 300 a 400 Euro, haciendo referencia a la baja valor material. Schrader estuvo de acuerdo y decidió arriesgarse.
Sin embargo, justo antes de entrar en la sala de subastas, Hans Schrader se recuerda de las palabras de su esposa. Ella le había dicho un dicho de los romanos antiguos sobre el destino que florece para aquellos que traen noticias malas. "Si vuelvo con poco dinero, algo malo sucederá", reírse.
Sin embargo, los comerciantes están satisfechos con el vendedor. "Una copa siempre se va", encuentra Walter "Waldi" Lehnertz, y comienza con su obligatoria oferta de 80 Euro, seguida de otros. Con 250 Euro llega la oferta más alta inicialmente de Sarah Schreiber. Pero Schrader aún no está listo para vender. "Tengo que contárselo a mi esposa, considerarlo", dijo - y pide 10 Euros más. Jos van Katwijk está dispuesto a pagar eso.
Hans Schrader está satisfecho con el curso de la subasta: "La cabeza queda en su sitio", es su veredicto.
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En la sala de comercios, Bianca Berding muestra interés en evaluar la copa, teniendo especialización en estilos neoclásicos y eclécticos. Recuerda el regalo de su madre, Hans Schrader se hesita a vender la copa a Bianca Berding, a pesar de recibir una valoración menor de 'dinero por raridades'. Finalmente, Jos van Katwijk compra la copa, manteniendo las esperanzas del vendedor vivas de que "la cabeza queda en su sitio".