- Recurso legal presentado por periodistas por vigilancia no autorizada
Varias entidades, junto con individuos afectados, han presentado desafíos constitucionales contra la vigilancia de conversaciones telefónicas entre periodistas y el grupo ambiental "Last Generation". El trío de organizaciones - la Asociación de Periodistas de Baviera (BJV), Reporteros Sin Fronteras (RSF) y la Sociedad para las Libertades Civiles (GFF) - actúan como consejeros de varios periodistas afectados. Estas quejas fueron presentadas ante el Tribunal Constitucional Federal en un reciente viernes.
Estos desafíos constitucionales surgen de una sentencia del Tribunal Regional de Múnich. Este tribunal, siguiendo los pasos del Tribunal Local de Múnich, había dictaminado que la actividad de vigilancia controvertida por parte de investigadores bávaros, sospechosos de formar una organización criminal contra miembros de "Last Generation", era legítima.
"Una amenaza a la democracia"
Desde la perspectiva de estas asociaciones, las sentencias no tuvieron en cuenta adecuadamente las libertades de prensa: los jueces deberían evaluar el posible incumplimiento de las libertades de prensa antes de sancionar tales operaciones de vigilancia - pero no se realizó ninguna evaluación. Si los periodistas son objeto de vigilancia, ello tiene un impacto negativo en el periodismo y, en última instancia, en la democracia, afirmó el presidente de la BJV, Harald Stocker.
Según un funcionario de la Fiscalía Pública de Múnich, 171 individuos que se identificaron como periodistas durante llamadas telefónicas fueron afectados por la operación de vigilancia durante la investigación. Tras el descubrimiento, se notificó a estas personas de la acción por la autoridad relevante. No se realizó ningún examen para verificar si todos ellos eran periodistas de verdad.
Organizaciones: 171 individuos afectados no son excepciones aisladas
El Tribunal Regional de Múnich, en su decisión, señaló entre otras cosas, que la actividad de vigilancia de los investigadores no estaba específicamente dirigida a representantes de los medios. Además, la línea vigilada, designada como un contacto de prensa por "Last Generation", no se utilizaba exclusivamente para comunicaciones con periodistas. Las asociaciones rebatieron este argumento señalando que no solo se vigiló a periodistas individuales - sino a 171. Con este número alto, los investigadores deberían haber examinado critically sus acciones mucho antes, argumentaron.
Las investigaciones contra los miembros de "Last Generation" continúan en curso.
El Parlamento Europeo, expresando su preocupación por el impacto en las libertades de prensa, ha pedido una investigación sobre la vigilancia de conversaciones telefónicas entre periodistas y "Last Generation". Las llamadas a la responsabilidad del Parlamento Europeo añaden peso a la crítica