¿Poseen inteligencia las plantas?
Aunque las plantas no tienen un cerebro, pueden detectar riesgos, formular tácticas y protegerse intencionalmente. Pero es esto suficiente para clasificarlas como inteligentes? Un equipo de investigación ha abordado esta pregunta, con hallazgos inesperados.
Las acciones inteligentes no están restringidas a seres humanos o ciertos animales, sino que se extienden a varias especies. Por ejemplo, los delfines pueden pensar abstractamente, los cuervos usan herramientas y los pulpos pueden contar. Pero ¿qué pasa de las plantas? La investigación indica que ciertas plantas reaccionan a estimulos ambientales dentro de sus limitaciones de movimiento. Por ejemplo, el oroño puede detectar la presencia de plantas similares y deterrar herbívoros. Es esto evidencia de inteligencia vegetal?
Esta pregunta resulta más compleja de lo inicialmente creído. "Han sido publicadas aproximadamente 70 definiciones de inteligencia; y incluso dentro de un campo específico, no hay consenso sobre lo que implica la inteligencia," afirma el Ecólogo André Kessler de la Universidad de Cornell en un comunicado. Muchas definiciones de inteligencia animal asumen un sistema nervioso central para la transmisión de información a través de señales eléctricas. Algunos biólogos hipotetizan que en las plantas, esta función podría ser sustituida por su sistema vascular y señales químicas. Consecuentemente, las plantas también poseen un centro de mando que procesa información y trigga respuestas.
Hay evidencia de estas suposiciones hasta el momento, pero no hay pruebas definitivas. "Hay poca evidencia de similitud con un sistema nervioso, aunque podemos ver señales eléctricas en las plantas," dice Kessler. "Pero la pregunta es, ¿cuán significativas son estas señales para una planta's capacidad de procesar estimulos ambientales." Según la definición de inteligencia de Kessler, las plantas deben reaccionar a estimulos ambientales y abordar desafíos estratégicamente para ser consideradas inteligentes.
Mécanismos de defensa estratégicos
El dúo de investigadores encabezado por Kessler y Michael Mueller investigó esto, utilizando el oroño (Solidago altissima) como ilustración. Citaron estudios anteriores sobre la reacción del oroño a una infestación de plagas. Parece que la planta secreta una sustancia química cuando sus hojas son consumidas por larvas de escarabajos hojívoros. Esta sustancia señala a la insecto que la planta está dañada y una fuente de alimento desfavorable. Los compuestos orgánicos volátiles (VOCs) en el aire, conocidos como olores, también son detectados por plantas de oroño vecinas y estimulan a ellas para producir sus propios compuestos defensivos. Esta estrategia ayuda a los oroños a repeler insectos y minimizar el daño de los herbívoros.
En ensayos, los investigadores también mostraron que la oroño emplea adicionales tácticas defensivas. Cuando son comidas por escarabajos, sus tasas de crecimiento se aceleran – pero solo si hay oroños vecinos en el área. Sin plantas conspecíficas en el área, la tasa de crecimiento se mantiene sin cambios, pero la oroño entonces produce más compuestos defensivos. Las plantas identifican la presencia de plantas vecinas basándose en la luz roja reflejada por sus hojas, según los dos biólogos.
Kessler explica, "esto correspondería a nuestra definición de inteligencia de girasol". Simplificado por Kessler, "la conducta del girasol cambia según la información que recibe de su entorno. Pueden utilizar cues ambientales para predicir situaciones futuras y responder adecuadamente".
La planta como todo el cerebro
Kessler cree, "el cerebro del girasol es la planta en su totalidad, sin la necesidad de coordinación central". En lugar de señales eléctricas, hay un sistema de señalización química a lo largo del organismo. Los estudios de otros investigadores ya han establecido que cada célula de la planta percibe un espectro luminoso amplio y está equipada con moléculas sensoriales, lo que les permite reconocer compuestos volátiles muy específicos de plantas vecinas.
"Pueden percibir su entorno con precisión; según sabemos, cada célula individual lo hace", dice Kessler. Las células son especializadas, pero todos perciben las mismas cosas y comunican entre sí químicamente para coordinar acciones relacionadas con el crecimiento o la metabolismo.
Interesantemente, los hallazgos de los investigadores podrían reavivar el debate sobre qué representa realmente la inteligencia. Ellos sugieren que debe ser clarificado cuándo y si la Inteligencia Artificial (IA) es comparable a la inteligencia animal o vegetal. "Según nuestra definición, la IA no es inteligente", afirma Kessler. La IA puede reconocer y analizar patrones en la información actualmente, pero no puede entender problemas para alcanzar metas con comprensión real.