Por qué los pacifistas israelíes se replantean su postura ante la guerra
Ese día, militantes de Hamás asesinaron a su cuñada y a varios destacados activistas por la paz que vivían en el kibbutz, una de las comunidades que se llevó la peor parte del ataque contra Israel.
Stahl, que es directora ejecutiva de la organización de derechos humanos Yesh Din, afirma que no pide venganza por lo ocurrido aquel día ni adopta una postura pacifista respecto a la posterior guerra de Israel en Gaza contra Hamás. "No digo alto el fuego a cualquier precio", afirma. Israel tiene derecho a defenderse y a proteger a los ciudadanos israelíes", explicó, "pero no indiscriminadamente ni a costa de miles de vidas palestinas".
Su postura, que describió como "complicada", refleja el reto al que se enfrenta el movimiento pacifista israelí al aceptar la peor masacre de judíos desde el Holocausto.
Los judíos israelíes que han pasado su vida comprometidos con la coexistencia con los palestinos se han visto en la tesitura de equilibrar las preocupaciones por el ciclo de violencia agitado por la guerra de Israel y las necesidades de seguridad de los israelíes en medio de grandes pérdidas personales.
Mientras las protestas de solidaridad con los palestinos se suceden por todo Occidente, algunos del pequeño grupo de izquierdistas, activistas por la paz y defensores de los derechos humanos de Israel, como Stahl, han optado por dar un paso atrás en el debate público sobre un alto el fuego permanente. Otros afirman que encontrar el fin de la guerra y forjar una solución de dos Estados es más urgente que nunca, aunque pueda ser una opinión impopular en el país, que a lo largo de las décadas ha derivado políticamente hacia la derecha .
Algunos activistas se quejan de que las autoridades intentan equiparar el activismo pacifista con el apoyo a Hamás. Ha sido casi imposible obtener permisos para las protestas contra la guerra, excepto para una en Tel Aviv del partido de izquierdas árabe y judío Hadash. Y a principios de noviembre, cuatro destacados dirigentes políticos palestinos en Israel fueron detenidos por participar en una protesta silenciosa contra la guerra.
La izquierda radical
En un espacio comunitario de izquierdas de Tel Aviv, decorado con una pancarta roja con las palabras "una nación que ocupa otra nación nunca será libre", un grupo de jóvenes israelíes discuten sobre su recién formado grupo antibelicista, al que han bautizado como "Gen Zayin", que significa Gen Z.
Los miembros del grupo han pedido a la CNN que utilice seudónimos para ellos, señalando a las docenas de personas detenidas desde el 7 de octubre en Israel por supuesta incitación a la violencia y el terrorismo. Muchos de los detenidos son palestinos y los activistas afirman que sus arrestos y detenciones se llevan a cabo sin la debida justificación legal y simplemente por mostrar su apoyo al pueblo palestino.
Mientras que en Occidente los votantes jóvenes suelen ser más liberales que sus abuelos", en Israel ocurre lo contrario, declaró a CNN Rafael, uno de los cofundadores de Gen Zayin que utiliza un seudónimo. Una encuesta realizada en 2022 por el Instituto Israelí para la Democracia reveló que el 73% de los judíos encuestados de entre 18 y 24 años se identificaban como de derechas, frente al 46% de los mayores de 65 años.
La posición antibelicista del grupo no será bien acogida por la mayoría de la población judía en este momento, dicen, razón por la cual los miembros del Gen Zayin pegan carteles en plena noche y distribuyen subrepticiamente en los institutos panfletos que propugnan su manifiesto antibelicista y antigubernamental.
Rafael, de 24 años, apoya apasionadamente la solución de los dos Estados y acusa a los derechistas del país, como el primer ministro Benjamín Netanyahu, de envalentonar a Hamás con su intento de reprimir un Estado palestino. "La situación es insostenible, y la única manera de que podamos vivir en una sociedad justa, igualitaria y democrática es mediante la paz, el fin de la ocupación, el desalojo de los colonos" de Cisjordania y el derecho al retorno de unos 5,9 millones de refugiados palestinos en todo el mundo, afirmó.
Los miembros del Gen Zayin temen a la opinión pública israelí, pero también se sienten abandonados por parte del movimiento de izquierda occidental, al que consideran partidario de la abolición del Estado israelí. Rafael se enfureció ante un eslogan antibelicista que vio en Internet: "¿Apoyas la descolonización como un concepto abstracto o como un hecho tangible?", decía. Ese "hecho tangible" se refería al atentado de Hamás, que mató a 1.200 personas en Israel y provocó el estallido de la guerra, dijo.
"No entienden que 7 millones de israelíes viven aquí y no van a ir a ninguna parte, y muchos israelíes no saben que los 7 millones de palestinos [en Israel y los territorios] tampoco van a ir a ninguna parte", dijo. "La única manera de avanzar es juntos".
Doxed y amenazado
Expresar públicamente simpatía por los palestinos puede acabar en agua caliente. Algunos judíos israelíes han perdido su trabajo o han sido sancionados públicamente por hablar a favor de Gaza, dicen los activistas. Ofer Cassif, legislador de Hadash en la Knesset, dijo a CNN que fue suspendido en octubre durante 45 días por decir que "el gobierno israelí quería confrontación".
También se le acusó de comparar el plan de Israel para Gaza con la Solución Final nazi, dijo. "Eso no es lo que dije. Pero en realidad no les importó porque ese comité estaba interesado en la persecución política, en silenciar políticamente a la oposición y a las voces disidentes que alzan su voz contra la guerra", afirmó.
El periodista ultraortodoxo de izquierdas Israel Frey relata cómo el 15 de octubre fue "doxed" y echado de su casa en Jerusalén con su mujer y sus dos hijos por ultras de extrema derecha. Fue por un vídeo suyo rezando el Kaddish, la oración de duelo judía, en la que rezaba por los masacrados por Hamás y por las mujeres y niños palestinos bajo el fuego de Gaza.
"Poco a poco, la calle se fue llenando. Llegaron a mi casa. Intenté mirar (por) el visor (de la puerta) y lo cerraron. Golpeaban, intentaban hacerme daño. Dos meses después hablo de ello con cierta diversión, pero en tiempo real fue muy aterrador. Cientos de personas vinieron (e) intentaron hacerme daño", declaró a la CNN desde un lugar no revelado, ya que actualmente se encuentra escondido.
Los agentes de la policía antidisturbios que acudieron a sacarlo de su apartamento también lo atormentaron, y uno de ellos le escupió. CNN se ha puesto en contacto con Yasam, la Unidad de Patrulla Especial de la Policía de Israel, para pedirle comentarios.
Familias en duelo reflexionan sobre el futuro
Con una taza de té caliente, llena de hierbas que recogió del jardín de la azotea de un hostal del que es copropietario en Tel Aviv, Maoz Inon contó a CNN que se convirtió en activista por la paz una semana después de que sus padres murieran en el atentado del 7 de octubre. En ese momento, se dio cuenta de que "la paz es lo único que puede aportar seguridad a todos los que viven entre el río Jordán y el mar Mediterráneo", afirmó.
No ha sido sancionado del mismo modo que otras personas del movimiento pacifista, y afirma que se debe a que se encuentra entre las familias afectadas por el atentado de Hamás. "Estoy utilizando mi privilegio y mis 15 minutos de fama de ser una víctima para evitar que otros se conviertan en víctimas ", dijo Inon.
No muchos activistas judíos por la paz están dispuestos a abogar vocalmente por la paz "porque todo el mundo está traumatizado, pero yo tengo las palabras", afirmó Inon.
Desde una comunidad suburbana cercana a Jerusalén, a escasos metros de la Línea Verde con Cisjordania ocupada, la estadounidense de origen israelí Elana Kaminka contó a CNN que solía comprar verduras en un pequeño pueblo palestino al otro lado de la frontera. Pero todo cambió después del 7 de octubre, cuando su hijo Yannai, de 20 años, fue asesinado mientras defendía heroicamente la base de entrenamiento de Zikim, cerca de la frontera con Gaza.
Desde entonces, los muros metafóricos y físicos se han levantado alrededor de su tramo de la Línea Verde. Los puestos de control se han endurecido y muchos palestinos que viven en Cisjordania han visto cómo se les revocaban los permisos para trabajar en Israel, afirma Kaminka, que no ha visitado el pueblo desde que murió su hijo.
Si los israelíes "comprendieran realmente lo que está ocurriendo en los territorios -el significado práctico real de la ocupación-, creo que sus opiniones serían diferentes", declaró a la CNN desde la casa que comparte con su marido y sus otros tres hijos. "Y para los palestinos también es muy fácil demonizar a los israelíes y a todos los soldados israelíes como personas horribles. Es súper fácil vivir en una burbuja en la que no tienes ninguna interacción con la otra parte".
El dolor que siente por la pérdida de su hijo es total. Le ha costado escribir o continuar con su trabajo voluntario, que incluye apoyar a las víctimas de la violencia racista y transportar a niños palestinos enfermos a hospitales israelíes.
Kaminka no tiene una postura clara sobre la guerra y, al igual que Stahl, afirma que hay enormes problemas de seguridad en juego, especialmente cuando aún quedan más de 100 rehenes en Gaza. De lo que está segura es de que, a largo plazo, la coexistencia judeo-palestina es el único camino posible.
Mientras señalaba el pueblo palestino que solía visitar, dijo: "Tenemos que encontrar la manera de construir una sociedad común que resulte justa para el mayor número posible de personas".
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Fuente: edition.cnn.com
