Opinión: La colisión en la pista de Tokio fue un desastre que podría haber sido una tragedia mucho mayor
Nota del editor: Les Abend fue capitán de Boeing 777 en American Airlines, donde se jubiló tras 34 años. Es analista de aviación de CNN y colaborador principal de la revista Flying. Las opiniones expresadas en este comentario son suyas. Ver más opiniones en CNN.
Les Abend
Las 379 personas que viajaban en el vuelo JAL 516 del martes fueron evacuadas sanas y salvas. Lamentablemente, cinco miembros de la tripulación a bordo del De Havilland Canada DHC-8 de los guardacostas perecieron. El capitán de ese avión se encontraba en estado crítico, según la cadena pública NHK.
Como nota positiva, hay que reconocer el mérito de la tripulación de cabina del vuelo de JAL. El entrenamiento de los auxiliares de vuelo consiste en estar preparados para una posible evacuación en cada despegue y aterrizaje. Deben saltar de sus asientos y determinar de inmediato las salidas seguras de los pasajeros. Por eso los auxiliares de vuelo quieren que los pasajeros apaguen sus teléfonos y ordenadores en el despegue y el aterrizaje, para que sean conscientes de la situación en el improbable caso de que se produzcan tales circunstancias.
Un incendio puede inutilizar una determinada puerta o ventana de emergencia. Es obvio que los auxiliares de vuelo eligieron las salidas correctas para evacuar el A-350, ya que todos sobrevivieron. Y parece que los pilotos hicieron todo lo posible por cumplir su lista de comprobación de evacuación, que incluye cortar el combustible de los motores.
¿Cómo pudo ocurrir este accidente? No lo sabremos con certeza hasta que concluya la investigación. Aunque de momento se trata de especulaciones, este accidente me recuerda a una circunstancia similar ocurrida en 1991 en el aeropuerto internacional de Los Ángeles. Un Boeing 737-300 de USAir colisionó en la pista con un avión de pasajeros de SkyWest, un turbohélice Swearingen Metroliner, matando a más de 30 personas.
Fue un día ajetreado en el aeropuerto de Los Ángeles. Los movimientos en superficie de los aviones en las pistas y calles de rodaje se complicaron lo suficiente como para que la controladora aérea perdiera lanoción de que aún tenía al Metroliner retenido en posición en la pista en previsión de su despegue. Mientras tanto, el controlador había autorizado al B-737 a aterrizar en la misma pista.
Como estaba aterrizando en la oscuridad, la tripulación de USAir no pudo distinguir la silueta ni las luces de navegación del pequeño avión de SkyWest que estaba en posición en un cruce de pistas. El B-737 colisionó con el Metroliner casi inmediatamente después de tocar tierra.
Este accidente fue el catalizador de una serie de cambios de procedimiento y tecnológicos. Un ejemplo de cambio fue prohibir a los controladores rodar un avión hasta una pista para el despegue por la noche o en condiciones meteorológicas de baja visibilidad.
Aunque el accidente de Los Ángeles ocurrió en Estados Unidos, la mayor parte del mundo de la aviación tomó nota. Los pilotos se han vuelto hipersensibles a permanecer en una pista activa esperando la autorización de despegue más de un minuto. Y los controladores se han vuelto hipersensibles a los procedimientos que implican autorizar el aterrizaje de un avión con otro en la misma pista esperando el despegue.
El aeropuerto de Haneda es uno de los más concurridos del mundo, con incesantes conversaciones por radio, y es posible que el mensaje de un controlador de tráfico se malinterpretara y uno de los aviones se encontrara en el lugar equivocado. Normalmente, un piloto lee y acusa recibo de una autorización, pero en ocasiones en que la transmisión está muy ocupada puede que no haya oportunidad de responder inmediatamente. A veces una transmisión se ve bloqueada por otro avión en un momento crítico, lo que hace que sea importante que tanto los pilotos como los controladores sean conscientes de la situación. Sólo puede haber una transmisión a la vez.
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Otra posibilidad es que los pilotos del Airbus A-350 se dirigieran a la pista paralela equivocada. Me parece menos probable porque al menos un piloto en la cabina debería haber detectado el error, sin perjuicio de que el controlador aéreo se hubiera dado cuenta.
Además, los procedimientos en Japón son prácticamente los mismos que en EE.UU.; los controladores aéreos son muy competentes y están muy regimentados. De todos los destinos internacionales a los que volé, Japón fue uno de los más seguros.
Sin duda, la investigación del accidente del aeropuerto de Haneda revelará los errores que provocaron la colisión. Sin duda, intervendrán muchos factores. En algún lugar de esos factores habrá un elemento humano. Habrá que dar tiempo a los investigadores del accidente para que lleguen a una causa o causas probables, con el objetivo de evitar tragedias de este tipo en el futuro.
¿Vuela a Tokio? No dude en subir al avión. Yo lo haría.
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Fuente: edition.cnn.com