Opinión: El mejor discurso jamás pronunciado en un debate presidencial

Si tuvo la suerte de verlo, asistió al mejor discurso jamás pronunciado en un debate presidencial. Vayamos al grano: ésta es la puntuación de los cuatro candidatos:

Chris Christie: A+

Como todos los grandes discursos deberían tener un título, lo voy a llamar "Discurso de Retribución de Chris Christie".

Para hacer un argumento memorable en un debate, se necesitan al menos tres cosas. Primero, el tema a debatir tiene que ser destacado. En segundo lugar, tienes que defender tu posición con buenos ejemplos y pruebas. Y por último, la forma de expresarse es crucial. Pero ni siquiera eso basta. Para que un argumento destaque en un debate, debe contener esos tres elementos y debe ser una posición que aún no haya sido escuchada por el público.

El "Chris Christie Retribution Speech" cumplía todos los criterios.

Primero: ¿el tema era relevante? En efecto, lo era, y el ex gobernador de Nueva Jersey lo sabía. He aquí parte de su respuesta cuando se le preguntó qué pensaba de los comentarios del expresidente Donald Trump esta semana, de que si volvía a ser elegido sería un dictador sólo el "primer día".

"Completamente predecible", dijo Christie. "Se trata de un hombre enfadado, amargado, que ahora quiere volver a ser presidente porque quiere vengarse de cualquiera que no haya estado de acuerdo con él, de cualquiera que haya intentado pedirle cuentas por su propia conducta.... ¿Creo que bromeaba cuando dijo que era un dictador? Sólo hay que mirar la historia...".

Segundo: el razonamiento de Christie fue sólido, y su explicación de la popularidad de Trump fue un debate inteligente. Tomó una debilidad (Trump está en las encuestas muy por encima de Christie) y la convirtió en un ataque a sus oponentes en el debate. Christie continuó: "¿Quieren saber por qué las encuestas están donde están? Porque gente como estos tres tipos en el escenario hacen que parezca que su conducta es aceptable".

Tercero: Si lo encuentras, tienes que ver su discurso. Es un discurso de 2 minutos, y es glorioso. Observe el movimiento no verbal de Christie y escuche su cadencia. Escucha las frases y dónde pone Christie el énfasis. Destaca una línea: La frase de Trump "Yo soy tu castigo", citada por Christie, fue escalofriante.

Puede que Christie haya pronunciado el discurso más importante de la historia de los debates presidenciales. Fue sin duda el mejor.

Otros momentos destacados de Christie: Enfrentarse a su compañero de debate Vivek Ramaswamy, que volvió a ser él mismo. Christie le dijo que dejara de insultar a Nikki Haley, dijo que Ramaswamy era un sabelotodo y le dio este golpe de gracia: "Lo único que sabe hacer es insultar a buenas personas que han dedicado su vida al servicio público y no decir nada que mueva la pelota en el campo de juego de Estados Unidos".

Christie reprendió continuamente al gobernador de Florida, Ron DeSantis, y a otros por no responder a la pregunta, canalizando astutamente la frustración de la audiencia por el hecho de que los políticos esquiven las preguntas.

Por último, al hablar del delicado tema de la atención a los transexuales, mientras otros como Ramaswamy y DeSantis vilipendiaban a los niños transexuales y a sus padres, Christie recordó a la audiencia la pura hipocresía. "Los republicanos creen en menos gobierno, no en más... y sin embargo queremos quitar los derechos de los padres", dijo.

Y aunque Christie dijo que personalmente no está a favor de la afirmación de género, prefiere que los padres decidan con sus hijos en lugar de que los "bromistas" del Congreso anulen las decisiones de los padres.

Nikki Haley: A

La ex embajadora ante las Naciones Unidas y gobernadora de Carolina del Sur ha tenido la suerte de conseguir nuevos donantes esta semana. Y esa noticia, junto con la subida de Haley en las encuestas, debería haber ido acompañada de un aviso de alarma porque DeSantis y Ramaswamy empezaron el debate con un aluvión de ataques contra ella.

Y algunas de las críticas fueron acertadas, como la aparente doble moral de Haley en nuestra relación con China, y que está recibiendo demasiado dinero de los líderes de las grandes corporaciones, lo que la convierte en deudora de ellos.

Haley tuvo suerte de que los ataques fueran dispersos. Normalmente, en los debates presidenciales, la persona que recibe los ataques acaba por cansarse. Dada la falta de un ataque uniforme por parte de sus oponentes, la ausencia de especificidad en algunas de las críticas y el hecho de que Christie defendiera a Haley, los argumentos contra ella simplemente no calaron. De hecho, gracias al vitriolo excesivamente desagradable y grosero de Ramaswamy, no me sorprendería que Haley no obtuviera aún más apoyo de un público simpatizante.

Pero no olvidemos que Haley, si se le da tiempo, probablemente pueda responder a la mayoría de las críticas. Defendió sus relaciones corporativas, como Boeing, con facilidad. El enfoque político de Haley fue evidente una vez más; y tuvo una excelente respuesta a por qué debemos dar prioridad a las cuestiones de suministro a la hora de hacer frente a este difícil mercado y a la inflación. Haley también nos recordó que los déficits (y la inflación) no son solo un problema demócrata porque el mandato de Trump solo lo empeoró.

Lo que más me gustó de Haley en este debate fue su comportamiento. He criticado a Haley en debates anteriores por estar demasiado ansiosa por saltar a la palestra y discutir, especialmente sobre cuestiones sin importancia. Esta vez no. Haley supo elegir mucho mejor el momento y el lugar para sus réplicas.

La forma en que manejó el tag-teaming de DeSantis y Ramaswamy fue impresionante. La mayoría de la gente habría perdido los nervios (Christie estaba al límite) y dejado que eso afectara a su debate. En cambio, Haley fue en la dirección opuesta y actuó con frialdad y calma. Fue el ajuste de actitud perfecto.

Incluso después de que Ramaswamy le llamara fascista, Haley simplemente sonrió y dijo: "Me encanta toda la atención, amigos. Gracias". Y de nuevo, tras los insultos de Ramaswamy, un moderador del debate preguntó a Haley si quería responder. Ella respondió con una sonrisa. "No. No merece la pena que le responda". BAM.

Ron DeSantis: C

Algunas cosas nunca cambian. El gobernador de Florida simplemente no puede arreglar su comunicación no verbal, especialmente sus torturadas expresiones faciales. Es desconcertante y ahora no puedo dejar de mirarlo.

En política exterior, los puntos fuertes de DeSantis fueron hablar sobre el enfoque que Florida adoptó con China, pero falló gravemente al explicar la legalidad de su retórica anterior sobre matar a los contrabandistas de fentanilo, al estilo vigilante.

DeSantis empezó esta respuesta, como hizo varias veces en el debate, contando una historia. El problema es que sus historias son forzadas y mal sincronizadas. Responda primero a la pregunta y luego, si es necesario, cuente una historia. Pero yo prefiero que mis debates presidenciales no tengan historias. Simplemente no funcionan en los debates como lo hacen en la tribuna.

Por último, DeSantis no tiene transiciones en su estilo de debate. Ataca, introduce nuevos temas y empieza a contar historias al azar sin preparación ni salida clara.

DeSantis sigue siendo un polemista C. No es terrible. No es estupendo. Sólo es Ron.

Vivek Ramaswamy: F

¿Cuál es el mayor miedo de un troll? Ser ignorado. Los trolls ansían atención. Puedes leer más sobre las payasadas de Ramaswamy. (Parece que en cada debate intenta superar al anterior, así que puedes imaginarte lo ridículo que resultaba a veces con sus vómitos verbales malintencionados e indignos).

Imagínense lo disgustado que debió de sentirse Ramaswamy cuando Haley se limitó a ignorar sus ataques y a decir que no merecía su tiempo. No responderle es probablemente peor para su ego que cualquier insulto verbal.

Sabes que estás en problemas cuando una moderadora presidencial -Elizabeth Vargas- te pregunta a bocajarro sobre una de tus propuestas políticas. "¿Es ésta una propuesta política seria, y si no lo es, por qué no deja de repetirla?".

En un momento del debate, Ramaswamy tenía una buena estrategia de debate, pero no logró ejecutarla con éxito. Su plan parecía ser poner de relieve la falta de conocimientos de Haley sobre Ucrania demostrando hechos básicos que ella desconoce. Es una estrategia ganable. Mis equipos han utilizado estrategias similares para poner de relieve la ignorancia de nuestro oponente sobre cualquier tema.

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Pero Ramaswamy socavó su momento "gotcha". Ramaswamy exigió a Haley que nombrara tres provincias de Ucrania a las que podría enviar tropas porque se imaginaba que se quedaría perpleja.

Desgraciadamente, y esto no se puede exagerar, a nadie le importa. Aparentemente, Haley no ha memorizado del todo la estrategia militar en varias regiones de Ucrania. ¿Sabes lo que Ramaswamy incluyó con esta hamburguesa? Nada, eso es.

Mi calificación es como Christie predijo cuando llamó a Ramaswamy: "Este es el cuarto debate en el que serías votado en los primeros 20 minutos como el fanfarrón más odioso de América".