Observando las marcas de puntuación que aparecen como puntos, ¿podría esto ser una preocupación notable?
Relajándose al sol, quizás leyendo un libro: ésa es una excelente manera de relajarse, excepto por esas molestas manchas negras pequeñas que siguen bailando en su campo visual. O las largas rayas que aparecen cada vez que mueve los ojos y son simplemente molestas cuando trata de leer.
Más del 80% de las personas están familiarizadas con esta situación, a menudo notada contra un fondo brillante como paredes blancas o papel. Estas opacidades vitreales, también conocidas como "Mouches volantes" (francés para moscas voladoras o moscas), pueden ser ciertamente molestas. Pero ¿qué las causa? ¿Y son dañinas?
Cambios en el Vitreo con el Tiempo
Para entender esto, necesitamos examinar más de cerca el vitreo, la sustancia gelatinosa que llena la mayor parte del interior de nuestro globo ocular. "Es como una sustancia gelatinosa que llena el espacio entre la lente y la retina", explica el Prof. Hans Hoerauf, director de la Clínica Oftalmológica de la Universidad de Göttingen. El vitreo está compuesto principalmente de agua, con el 2% restante siendo fibras de colágeno y hialocitos, un cierto tipo de célula.
A medida que envejecemos, la composición del vitreo cambia. Las fibras de colágeno pueden espesar y agruparse, mientras que la parte gelatinosa se vuelve más fluida. "Entonces puede suceder que estas pequeñas estructuras dentro del vitreo proyecten sombras en la retina que percibimos como opacidades", dice Hoerauf.
Desafortunadamente, no hay mucho que se pueda hacer para prevenir esto: "A medida que envejecemos, generalmente alrededor de la edad de 40 años, el vitreo se encoge y cambia de estructura", dice el oftalmólogo Hoerauf. Y para aquellos con miopía, hay aún más malas noticias: tienen una probabilidad más alta de desarrollar opacidades vitreales.
No todas las Opacidades son Molestas
Estas opacidades no tienen que ser necesariamente molestas: "Si están pegadas a la retina, así como en la pared interior del ojo, entonces las sombras que proyectan son muy intensas. Si están más lejos, se vuelven más borrosas", explica Matthias Pollhammer, especialista en oftalmología y jefe del departamento de oftalmocirugía de la asociación profesional de oftalmólogos.
Sin embargo, nuestro cerebro tiene una forma de ignorar estas opacidades en la mayoría de las personas, gracias a un efecto de adaptación. En algunas personas, sin embargo, este efecto no ocurre.
"Hay ciertamente también un componente psicológico", dice Hoerauf. "Una persona se acostumbra a las opacidades vitreales, mientras que otra se deprime casi por ellas". Esto puede ser particularmente desafiante para las personas en ciertas profesiones, como microscopistas o diseñadores técnicos, que pasan mucho tiempoLooking at white paper.
Prevención Imposible
No hay manera de prevenir las opacidades vitreales con remedios caseros o hábitos saludables de vida: "No hay conexiones con ninguna costumbre alimentaria, radiación UV u otros factores cambiables", dice Pollhammer.
Even the hope that the disturbances could simply disappear like magic is in vain. "Mouches Volantes" can indeed change, but they cannot dissolve.
Cuándo Visitar al Médico
Al menos: En la mayoría de los casos, se puede suponer que las manchas voladoras son inofensivas y no requieren acción. Sin embargo, si aparecen repentinamente o con frecuencia, o están acompañadas de destellos de luz, se recomienda visitar a un oftalmólogo. "Entonces se debe aclarar o descartar otras causas", dice Pollhammer. "Procesos inflamatorios, por ejemplo, pueden liberar células y otras partículas en el vitreo y así causar manchas voladoras".
También deben descartarse otras enfermedades graves, como el desprendimiento de retina o la retinopatía diabética, una enfermedad ocular diabética. Se recomiendan exámenes oculares regulares a partir de los 40 años para detectar enfermedades relacionadas con la edad a temprana edad.
Opciones de Tratamiento para Flotadores Graves
Para la mayoría de las personas, los flotadores son una molestia tolerable. "Sin embargo, si los flotadores son pronunciados o afectan significativamente la calidad de vida, entonces puede ser indicado un procedimiento quirúrgico", dice Hoerauf.
En la llamada vitrectomía, el vitreo se elimina quirúrgicamente y se reemplaza con fluido. Esto elimina de manera confiable los flotadores vitreos pero conlleva riesgos. Pueden ocurrir infecciones, o incluso una complicación poco común pero muy grave, como el desprendimiento de retina. En este caso, se debe realizar nuevamente una cirugía muy rápidamente. Dependiendo de la gravedad del desprendimiento, se puede perder la capacidad de leer.
Otro problema con la vitrectomía: "Después de una operación de vitreo, siempre ocurre una catarata, aunque más tarde, pero ciertamente un opacamiento del cristalino", dice Hoerauf. A partir de una cierta edad, los cirujanos vitreorretinianos combinarían la vitrectomía con la cirugía de catarata. El cristalino se reemplaza por una lente artificial.
Otra opción más nueva es la vitreolisis con láser: se rompen las fibras de colágeno en el vitreo. "Sin embargo, solo es adecuado para ciertos tipos de flotadores, si no están demasiado cerca de la retina", dice el oftalmólogo Hoerauf. No logra un alivio completo de los síntomas, pero puede reducir significativamente las líneas y puntos molestos.
En resumen, si se eliminan otras posibilidades, se puede lidiar con las "Criaturas Voladoras" a medida que vienen. Y esto, sabiendo que la mayoría de las personas en todo el mundo tienen sus propias molestias burbujeando en su línea de visión.
La discusión sobre las opacidades vitreas, o "moscas volantes", destaca la importancia de comprender sus causas y su posible daño. A pesar de las creencias comunes, los cambios en el vitreo con el tiempo, como el espesamiento de las fibras de colágeno y la fluidización, se deben principalmente al envejecimiento y no a la dieta o la radiación UV. Además, estas opacidades pueden pasar desapercibidas por nuestro cerebro gracias a un efecto de adaptación, pero en algunos casos pueden afectar significativamente la calidad de vida, especialmente en profesionales que pasan mucho tiempo mirando superficies blancas.