Millones de peces mueren por los acuarios domésticos
Un acuario marino para Navidad o un cumpleaños: parece una idea estupenda. Y desde "Buscando a Nemo", muchos niños quieren tener peces como mascotas. Pero quien se haga a la idea debe tener en cuenta que estos mini océanos implican sufrimiento animal y que millones de peces mueren por su causa.
Los peces de colores de los acuarios de agua de mar son bonitos a la vista. Muchos curiosos no tienen ni idea del sufrimiento animal que hay detrás de esta afición. Según un estudio que acaba de publicar la revista "Science Advances", casi la mitad de los animales marinos capturados en el mar mueren en el momento en que nadan en un tanque de venta al por menor. La mayoría de los animales de los acuarios marinos -alrededor del 90%- proceden de la naturaleza.
Muchas de las criaturas pescadas en el mar mueren directamente durante la captura o en las instalaciones de los exportadores, y la longitud de la cadena de suministro también es un factor influyente, como explica el equipo de investigación. Hace unos años, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) calcularon que hasta el 80% de los peces marinos ornamentales mueren durante su captura y transporte.
Cuanto más barato es el pescado, mayores son las pérdidas
"Cuanto menor es el valor comercial del pescado, mayores son las pérdidas", afirma Sandra Altherr, de la organización protectora de animales Pro Wildlife. "La gente tiene más cuidado con las grandes rarezas que con las especies más pequeñas y baratas, donde el valor de adquisición es bajo y la naturaleza proporciona suministros baratos".
Suelen transportarse en bolsas de plástico que se guardan en cajas de transporte. La fase más larga suele ser la que va del capturador al exportador, a menudo a través de varios intermediarios, a veces utilizando medios y rutas de transporte aventureros, explica Altherr. "En total, pueden pasar semanas hasta llegar al cliente final, y cada etapa del comercio tiene sus propias tasas de pérdidas".
La pesca masiva pasa desapercibida
La captura masiva de animales marinos para el comercio de acuarios pasa desapercibida en gran medida, a pesar de que genera grandes sumas de dinero. Según el equipo de investigación dirigido por Gordon Watson, de la Universidad de Portsmouth, el sector vende cada año unos 55 millones de organismos por valor de 2.150 millones de dólares. Aproximadamente el doble de animales se capturan al principio de la cadena comercial.
Los datos utilizados para la proyección actual incluyen las ventas de los minoristas de peces de acuario de los tres principales países importadores: Reino Unido, Estados Unidos e Italia. La estimación tiene en cuenta 210 especies de invertebrados y 296 de peces, es decir, 506 especies en total. Debido a las lagunas en los datos, la extrapolación es muy conservadora, por lo que las cifras son probablemente mucho más altas en realidad.
Los investigadores clasifican 25 de las especies consideradas en la categoría de "explotación extremadamente alta". Las especies que no se encuentran entre las más comercializadas también pueden entrar en esta categoría, por ejemplo, si su área de distribución es muy pequeña. En muchos casos, apenas se conocen las consecuencias de la extracción de animales marinos para acuarios para el ecosistema respectivo.
El comercio de peces ornamentales apenas se controla
Es sorprendente y preocupante que un grupo tan grande de vertebrados pueda ser objeto de comercio sin que existan sistemas adecuados de regulación y control, criticó Monica Biondo, de la fundación suiza para la conservación de la naturaleza Fondation Franz Weber, en la revista especializada "Animals" en 2020. Hace tiempo que se necesita un control mucho más estricto del comercio de peces ornamentales.
Según el equipo de Watson, invertebrados como caracoles, corales pétreos, ciertos cangrejos y gambas dominan los grupos de vida marina más vendidos. 30 especies representan un buen 40% de los animales comercializados en todo el mundo, entre ellas sólo tres especies de peces. Los principales países exportadores son Filipinas e Indonesia.
Uno de los ejemplos mejor documentados de especie amenazada por el comercio de peces ornamentales es el cardenal de Banggai (Pterapogon kauderni), en grave peligro de extinción, afirma Altherr. Su área de distribución es minúscula. Hasta ahora, sin embargo, todos los esfuerzos por prohibir su comercio han fracasado debido a la resistencia de Indonesia, el único país de origen. Según un estudio de 2019, el pez pantera (Chromileptes altivelis), los labios dulces arlequín (Plectorhinchus chaetodonoides) y el pez anémona de terciopelo (Premnas biaculeatus) también son susceptibles de sobreexplotación.
Se calcula que hay 2,3 millones de acuarios en Alemania
No hay cifras sobre el número de propietarios de acuarios marinos privados. Según estimaciones del sector, sólo en Alemania hay unos 2,3 millones de acuarios (de agua dulce y salada). Según datos de la asociación del sector FEDIAF, la cifra en toda la UE ronda los 11 millones. Según Altherr, la gente suele comprar los acuarios sólo por su aspecto y no por la biología y las necesidades de los animales. "Una y otra vez, vemos que peces de distintas regiones del mundo se mantienen juntos en un acuario y los peces escuela se mantienen individualmente o, como mucho, en parejas".
La película de animación "Buscando a Nemo", estrenada en EE.UU. en 2003 y con un pez payaso como protagonista, desempeñó un papel importante en el creciente interés por los océanos en miniatura para el hogar. Según la organización de ayuda Saving Nemo, dedicada a la protección de la especie, actualmente se capturan en los océanos más de un millón de ejemplares al año. Esto ha diezmado considerablemente la población.
Se esperan millones de acuarios más
En su análisis actual, los investigadores parten de la base de que en los próximos años se sumarán varios millones de nuevos propietarios de acuarios marinos en países emergentes como China. Las consecuencias para la biodiversidad y la supervivencia de ciertas poblaciones son difícilmente previsibles.
Alrededor de una cuarta parte de toda la vida marina depende de los arrecifes de coral en algún momento de su vida, explica el equipo de Watson. Y éstos ya figuran entre los ecosistemas más amenazados del mundo debido al cambio climático, las actividades pesqueras y la contaminación ambiental.
Consecuencias también para los pescadores
Pero no sólo la vida marina está en peligro: Se calcula que seis millones de pescadores de 100 países -principalmente pescadores artesanales de países del sudeste asiático- dependen de los arrecifes de coral para ganarse la vida, explican los investigadores. Proporcionan una cuarta parte de las capturas totales de pescado en los países emergentes.
Estos peces -por muy importantes que sean para alimentar a innumerables personas- sólo tienen un escaso valor de mercado. En consecuencia, la presión financiera para hacer más por preservar los arrecifes y operar de forma más sostenible es escasa en este sector. Sin embargo, los investigadores de Watson están convencidos de que la situación es distinta en el mercado de los peces ornamentales para aficionados con poder económico, donde un solo animal puede costar varios cientos de dólares. Aquí existe un mayor incentivo económico para proteger más la biodiversidad.
También se critica la tendencia a aumentar la cría en acuicultura
Los investigadores también critican la tendencia a aumentar la cría en acuicultura. Están convencidos de que si disminuyen las capturas de peces ornamentales, ello podría tener considerables consecuencias negativas para las comunidades costeras que dependen de ellas y para apoyar la protección de los arrecifes. Se refieren a la población local y al ecosistema del lugar, no al destino de los animales capturados.
Sandra Altherr señala que no son los pequeños pescadores locales quienes ganan la mayor parte del dinero, sino los comerciantes. "Esto se aplica a todo el comercio de fauna salvaje". Para muchos tramperos de animales, esto no es más que un tedioso negocio secundario, en el que los importadores y las cadenas locales de venta al por menor se llevan los mayores márgenes.
Por eso, el consejo de Pro Wildlife es diferente y tan sencillo como claro: "Recomendamos encarecidamente no tener acuarios marinos, tanto por razones de bienestar animal como de protección de las especies", subraya Altherr. "De todos modos, no se puede recrear la compleja belleza de un arrecife de coral en el salón de casa".
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Fuente: www.ntv.de
