Más de 1,5 millones de peregrinos musulmanes ascienden al monte Arafat entre temperaturas abrasadoras.
Anual peregrinación islámica entre oleada calorosa y conflicto de Medio Oriente
La Hachj, una de las prácticas fundamentales de Islam, exige a cada musulmán piadoso asistir a esta peregrinación final de Mahoma en Arabia Saudita al menos una vez en su vida. Esta edición de la Hachj se ve afectada por la calidez intolerable y el conflicto israelí-Hamas en la Franja de Gaza.
Durante el apogeo de la peregrinación musulmana, más de 1,5 millones de personas escalaron la montaña de Arafat, a 70 metros de altura, a pesar de la calidez extrema. Estos peregrinos, vestidos de blanco, comenzaron su ascensión a la colina donde se dice que Mahoma entregó su última oración, a primera hora de la mañana. Las autoridades instaron a los peregrinos a mantenerse hidratados y protegerse del sol.
"No es una paseo en el parque debido a la calidez", expresó Abraman Hawa, un musulmán ghanés de 26 años. "Pero oraré a Dios en la montaña de Arafat porque necesito su bendición". Un peregrino algerino agarró una paraguas gratuito de los organizadores, subrayando su importancia. "Esto me ayuda en estas condiciones", dijo. Un egipcio de 46 años llevaba una lista de oraciones. "Este es el día más significativo de mi vida", dijo. "También oro por los palestinos. Que Dios los guíe".
En pleno peregrinaje, el conflicto israelí-Hamas en la Franja de Gaza estaba presente. El gobierno saudí había prometido callar cualquier actividad política en la Hachj. Sin embargo, al menos un peregrino expresó su apoyo a la población palestina: "Que Dios les otorgue la victoria a los musulmanes", gritó.
Según los medios de comunicación estatales, alrededor de 2000 palestinos fueron invitados especiales a la Hachj por el Rey Salmán. El líder espiritual de Irán, Ayatollah Ali Khamenei, dirigió un mensaje a los peregrinos de la Hachj, abogando por el apoyo de Palestina y los oprimidos y aquejados de Gaza.
Cumbre de la Hachj
Este evento de cinco días en Arabia Saudita simboliza una de las cinco prácticas fundamentales de Islam. Cada musulmán devoto, físicamente capaz y económicamente viable, está esperado a participar en la peregrinación al menos una vez en su vida.
La mayoría de la Hachj, diseñada para reflejar la última peregrinación de Mahoma hace más de 1400 años, transcurre bajo el cielo abierto. Después de circunavegar la Kaaba, una estructura cuadrada en el centro de la Gran Mezquita, los peregrinos pasan la noche en Mina cerca de La Meca. Antes de subir a Montaña Arafat, van a Muzdalifa, donde recolectan piedrecitas como un acto simbólico de lanzar piedras al diablo el domingo en Mina.
La pasada año, más de 1,8 millones de peregrinos asistieron a la Hachj. Alrededor del 90% de los asistentes provenían de otros países.