"Lugar de miedo": una activista de Hong Kong recuerda años de represión
El fin de semana, Chow anunció que se quedaría en Canadá indefinidamente. La decisión se tomó tras considerar la situación en Hong Kong, "mi seguridad personal y mi salud física y mental".
Al hacerlo, Chow violó sus condiciones de libertad bajo fianza. El gobierno de Hong Kong anunció que perseguiría a la activista fugitiva "de por vida". El Jefe del Ejecutivo, John Lee, declaró que la policía había intentado "tratar a Chow con indulgencia".
Pero el joven de 27 años lo rechaza firmemente. "No ha habido clemencia en los últimos tres años", declaró en una entrevista a la AFP. "Me negaron mi libertad, mi vida cotidiana y mis derechos básicos".
La activista se refirió a su categorización como "agente extranjera". "¿Agente extranjera de quién? ¿Para qué país?", preguntó Chow. "Es obvio que el gobierno sólo está utilizando la Ley de Seguridad Nacional o el sistema jurídico de Hong Kong como herramienta política para calumniar y reprimir a los disidentes políticos".
Chow, como muchos otros compañeros de campaña, fue encarcelada en 2020 por su participación en las protestas masivas en favor de la democracia en Hong Kong. Fue puesta en libertad en junio de 2021 con la condición de que entregara su pasaporte y se presentara periódicamente ante la policía.
Recuperó su pasaporte cuando aceptó viajar a China continental en agosto con escolta policial. "La policía me dijo que no se lo dijera a nadie", declaró Chow en la videollamada con la AFP. Durante el viaje le hicieron numerosas fotos.
También tuvo que escribir cartas en las que expresaba su arrepentimiento y daba las gracias a la policía por mostrarle los logros de China mientras viajaba a Shenzhen. Después, las autoridades le devolvieron el pasaporte y le permitieron volar a Canadá, pero con la condición de que regresara a Hong Kong de vez en cuando, según su acuerdo de libertad bajo fianza.
Pero esto no era una opción para Chow. Tras su puesta en libertad, no pudo encontrar un trabajo estable debido a su anterior condena. Se quedó en casa "llorando y esperando", cuenta la joven de 27 años. Una oferta de un programa de posgrado en Canadá le ofreció por fin una salida.
Había plantillas para las cartas de arrepentimiento que tenía que escribir, que simplemente copió, recuerda Chow. Esta es otra de las razones por las que ahora ha roto su silencio. "Si sigo callada, estas fotos y cartas pueden convertirse algún día en pruebas de mi patriotismo", dice Chow. "Y sólo quiero decirle al mundo: esto no es verdad. Me obligaron a hacer esto".
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Fuente: www.stern.de