- Las Clarisas de Bautzen se despiden - Disolución del monasterio
El monasterio cisterciense de Bautzen, en Sajonia, abrirá sus puertas a los visitantes por última vez este sábado, marcando el fin del convento con un servicio y una celebración en honor a su santo patrón. Antes de regresar a sus vidas apartadas, los visitantes podrán conocer a las monjas que han decidido abandonar su monasterio casi centenario debido a una crisis insuperable y conflictos irresolutos, a pesar de todos los esfuerzos para llegar a un compromiso.
Las ocho hermanas de Bautzen de la Orden de la Adoración Eterna del Santísimo Sacramento se dispersarán. Tres se unirán a las hermanas de Nazaret en Goppeln cerca de Dresde, y otras tres se mudarán a los cistercienses en Dingolfing, Baviera. Otra hermana planea vivir en el monasterio fundacional de la orden en Francia, mientras que la hermana más joven ha decidido dejar sus votos y seguir un camino diferente.
En su carta de despedida, las hermanas expresan su pesar por no haber podido resolver los conflictos que llevaron a la disolución de su comunidad, describiéndolo como una "amarga experiencia de fracaso". El obispo Heinrich Timmerevers elogió su trabajo a través de tiempos difíciles, sirviendo al pueblo y a la Diócesis de Dresde-Meissen, guiados por los ejemplos de San Francisco y Santa Clara.
Las hermanas cistercienses actualmente buscan nuevos arreglos de vida, con tres mudándose a las hermanas de Nazaret en Goppeln, tres a los cistercienses en Dingolfing, y una optando por vivir en el monasterio fundacional de la orden en Francia. A pesar de su reubicación, el edificio que alojó el monasterio cisterciense en Bautzen ya no servirá como convento después de este sábado.