La tensión en Oriente Medio parece haber disminuido temporalmente, evitando un posible conflicto regional en este momento.
Un grupo respaldado por Irán amenazó con represalias. Este anuncio llevó a la cancelación de numerosos vuelos en ambos lados de la frontera, a que varios gobiernos instaran a sus ciudadanos a abandonar Líbano e Israel, y a una frenética diplomacia para evitar una escalada que preocupaba a las naciones occidentales, temerosas de que pudiera desatar un conflicto más amplio en la región.
El domingo por la mañana, Hezbolá afirmó que había llevado a cabo su acción esperada al desplegar numerosos drones y cohetes Katyusha, misiles de corto alcance de la era soviética.
Esta lluvia de armas aéreas, según dijo, pretendía abrumar el renombrado sistema de defensa aérea de Israel y abrir camino para sus objetivos: 11 instalaciones militares israelíes en el norte de Israel y los Altos del Golán ocupados. Sin embargo, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, declaró que todos los drones de Hezbolá habían sido interceptados.
Las autoridades israelíes afirmaron que habían atacado objetivos de Hezbolá durante la noche para frustrar un ataque mayor, y reportaron haber alcanzado varios lanzadores de cohetes en Líbano.
Lamentablemente, tres personas perdieron la vida en esos ataques israelíes, según el Ministerio de Salud de Líbano, que no diferencia entre civiles y personal militar.
El fuego transfronterizo del domingo representó una escalada notable tras once meses de hostilidades entre Hezbolá e Israel. Sin embargo, pareció disminuir las preocupaciones de una guerra mayor, al menos por el momento.
En Israel, las autoridades pronto relajaron las medidas de seguridad en la parte más septentrional del país, conocida como la Galilea Alta. En Líbano, Hezbolá afirmó que había cesado sus ataques contra Israel por ese día.
Esto sugiere la reanudación del conflicto de baja intensidad a lo largo de la frontera. Además, parece indicar el final de la esperada escalada libanesa que volvió a llevar al Oriente Medio al borde de una guerra a gran escala. Hezbolá ha dicho que esto fue la "primera fase" de su respuesta, pero ha proporcionado pocos detalles sobre una fase posterior. Esta declaración podría ser meramente retórica, ya que Hezbolá es conocido por mantener sus amenazas abiertas.
Sin embargo, Israel aún debe prepararse para otra posible amenaza: la "venganza" prometida por Irán por el asesinato del líder de Hamas, Ismail Haniyeh, en Teherán, que atribuye a Israel.
Una región al borde del abismo
Tras los ataques en Beirut y Teherán al final del mes anterior, los oficiales de inteligencia occidental e israelí, los diplomáticos y los analistas se apresuraron a intentar descifrar las prometidas represalias de Irán y su más influyente socio no estatal.
Esto llevó a un servicio diplomático de ida y vuelta entre Estados Unidos, Reino Unido y Francia, instando a Hezbolá e Irán a ejercer la contención. Esto puede haber llevado a otra ronda de negociaciones sobre un alto el fuego y un acuerdo de intercambio de rehenes en Gaza, un esfuerzo para frustrar otra escalada de la alianza liderada por Irán, que ha vinculado consistentemente el cese de sus ataques a Israel y sus aliados al final de la ofensiva israelí en Gaza.
Las negociaciones para poner fin al conflicto siguen avanzando a un ritmo de caracol, a pesar de los intensos esfuerzos diplomáticos de Estados Unidos. Sin embargo, la última escalada muestra que ni Irán ni sus grupos no estatales aliados en la región pueden tolerar la perspectiva de una guerra más amplia.
Hezbolá había amenazado repetidamente con retaliar a cualquier golpe israelí en Beirut con un ataque a los principales centros urbanos de Israel. Sin embargo, ya sea deliberadamente o como resultado de los presuntos ataques preventivos de Israel, no cumplió con esta amenaza. Sus objetivos reportados siguen dentro del área fronteriza que ha sido el escenario de hostilidades desde octubre, y los cohetes de corto alcance de la era soviética que utilizó han sido una constante en los ataques de Hezbolá contra las fuerzas israelíes durante décadas.
El riesgo de un conflicto a gran escala parece significativamente menor después del intercambio de fuego del domingo. Sin embargo, la amenaza abierta de Irán continuará contribuyendo a la guerra psicológica que ha definido en gran medida el conflicto de baja intensidad entre la alianza liderada por Teherán e Israel, y la región permanecerá al borde de la navaja mientras persista el conflicto en Gaza.
En respuesta a la preocupación internacional, varias potencias mundiales instaron tanto a Hezbolá como a Israel a disminuir la tensión en el Oriente Medio, ya que veían el potencial para un conflicto más amplio en la región. Las tensiones persistentes entre Hezbolá e Israel en el Oriente Medio han sido un tema de interés para las agencias de inteligencia occidental e israelí, que han estado monitoreando de cerca las amenazas y promesas de represalia de Irán y sus aliados.