La explosión de un horno en una fábrica de níquel en Indonesia mata a 13 trabajadores y hiere a 38
El incidente tuvo lugar en una fábrica del parque industrial de Morowali, en la isla de Sulawesi.
La fábrica está gestionada por el gigante chino del acero y el níquel Tsingshan, que participa en la lucrativa industria indonesia de extracción de níquel y gestiona sus operaciones a través de su filial local, Indonesia Tsingshan Stainless Steel (ITSS).
El portavoz de la policía de Morowali, Ipda Hamid, declaró a la cadena CNN Indonesia que 13 personas habían muerto en el lugar de los hechos, y que varias víctimas habían sido trasladadas a hospitales cercanos para recibir tratamiento. Miembros de la policía se encontraban en el lugar de los hechos y se estaba llevando a cabo una investigación oficial, según Hamid.
En los vídeos se puede ver cómo se eleva en el aire un espeso humo negro procedente de enormes incendios.
Entre los trabajadores muertos había ocho indonesios y cinco chinos, según Reuters.
Al parecer, la explosión se produjo cuando los trabajadores reparaban un horno. "Durante el proceso de reparación se produjo una explosión. Según las primeras investigaciones, la causa pudo ser que todavía quedaba líquido explosivo en el fondo del horno", rezaba un comunicado de la empresa recogido por Reuters.
Varias bombonas de oxígeno cercanas también explotaron, lo que avivó las llamas, dijo Hamid.
Indonesia es el mayor exportador mundial de níquel y también es rica en cobre, cobalto y bauxita, utilizados en la fabricación de baterías para vehículos eléctricos. Ante el aumento de la demanda de vehículos eléctricos en todo el mundo, Indonesia se ha convertido en líder mundial en la producción de níquel y, gracias a sus políticas comerciales favorables a los vehículos eléctricos, ha cortejado con agresividad la inversión extranjera en fundiciones y plantas de procesamiento de países como China.
Pero los críticos afirman que las prisas del gobierno por expandir el procesamiento del níquel y el mercado de vehículos eléctricos han tenido un coste para el medio ambiente y para personas como agricultores y tribus indígenas.
Said Iqbal, político y activista laboral indonesio, pidió una investigación al Ministerio de Trabajo de Indonesia. "El (operador) debe correr con los gastos de tratamiento médico e indemnización por accidente de los afectados", afirmó en un comunicado.
"También debe haber fuertes sanciones para quienes infrinjan la normativa", añadió.
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Fuente: edition.cnn.com