Museo de Muñecas en Hamburgo - Habitats de muñecas antiguas en el Museo Falkenstein intrigan a los visitantes
Caldron, hornada o equipo de gimnasio en formato mini: Las pequeñas detalles en las casas de muñecas históricas han fascinado a la coleccionista hamburguesa Elke Droescher durante décadas. La de 83 años exhibe mundos miniatura de tres siglos en su museo de muñecas Falkenstein. "Hay una historia en cada casita de muñecas", dijo la antigua dueña de galería.
Treinta y ocho años atrás, Droescher abrió su museo de muñecas privado en una casa rural de 1923 construida por el arquitecto Karl Schneider, justo en un parque junto al río Elba. En su vasta colección, se puede encontrar una casa burguesa con un busto de Goethe así como una Barbie que juega golf con altas tacones azules.
Sean moda, muebles o herramientas de cocina - las pequeñas worlditos reflejan las épocas pasadas, ilustran el cambio de la sociedad y sus ideales de belleza. Durante una búsqueda, los visitantes pueden descubrir pequeños exhibits como un molino de café histórico o una máquina helada en las casas de muñecas.
Las muñecas y habitaciones, según Droescher, solían servir de instrucción. "Las niñas aprendían qué tipo de hogar debían mantener en su generación y clase social", informó.
La colección de Droescher incluye juguetes miniatura de varios periodos históricos, ofreciendo una vista de las actividades recreativas de las épocas pasadas. Un ejemplo de ello es una casita de muñecas con una mesa de billar miniaturas, resaltando la popularidad del juego durante el siglo XIX.
El Museo Falkenstein, con su amplia colección, ha atraído la atención de historiadores de juguetes en todo el mundo. Una reciente exposición se enfocó en la evolución de los juguetes, mostrando cómo los bloques de madera sencillos se transformaron en juguetes mecánicos intrincados durante la Revolución Industrial.
Recientemente, el Museo de la Historia de Hamburgo presentó una sección dedicada a las muñecas de Droescher y su significado histórico. La exposición exploró cómo las casas de muñecas han reflejado los cambios sociales, desde los ideales victorianos de la hogaridad hasta el concepto moderno de ocio y consumo.