¿Es este el Waterloo de Ridley Scott?
Hace casi exactamente 200 años que murió Napoleón. Pero el general y dictador sigue encendiendo la imaginación. Incluidas las del director de culto Ridley Scott, que ahora le ha dedicado una obra monumental. Sobre todo su vida amorosa.
¿Qué fue primero? ¿La película o el sombrero? Bueno, en términos puramente físicos, fue sin duda el sombrero de Napoleón, subastado recientemente en Francia al fabuloso precio de 1,932 millones de euros. El hecho de que el sombrero haya alcanzado un precio tan elevado también podría tener algo que ver con el hecho de que su célebre propietario, fallecido hace 200 años, vuelve a estar en boca de todos por culpa de una película.
Pero no por una cualquiera, sino por la nueva película del director de culto Ridley Scott. Después de que el icono de "Alien" y "Blade Runner" se mezclara por última vez con los diseñadores de moda del siglo XX en "House of Gucci", el cineasta de 86 años vuelve a centrar su atención en material verdaderamente histórico en "Napoleón". En cierto modo, cierra el círculo. Después de todo, su primer gran largometraje, "Los duelistas", de 1977, también estaba ambientado en las guerras napoleónicas.
Versión cinematográfica y "montaje del director
Naturalmente, las guerras del general y emperador francés también desempeñan un papel en la actual biografía de Scott, pero sólo subordinado. Ante todo, "Napoleón" no es un cuadro de batallas aplicado con brocha gorda, sino un intento de aproximación personal al hombre que mutó de revolucionario a dictador y llegó a subyugar durante un tiempo a casi toda Europa.
Como resultado, el contexto histórico de la vida de Napoleón en la película es más bien breve, por no decir demasiado breve. Y ello a pesar de una duración de más de dos horas y media. Scott salta de vez en cuando entre las distintas etapas de la vida del francés, que pasó de oficial a general de brigada gracias a sus éxitos militares y de cónsul a emperador autoproclamado gracias a su falta de escrúpulos políticos.
Es posible que el "montaje del director", de cuatro horas de duración, que el realizador pretende crear más adelante en el marco de la explotación en streaming de la película, sea algo más fluido. En la versión cinematográfica, sin embargo, el legado histórico de Napoleón Bonaparte, que incluye logros como el "Código Civil", así como millones de muertos en los campos de batalla, es un florete poco expuesto para otra historia: la historia de amor entre Napoleón (Joaquin Phoenix) y su primera esposa Joséphine de Beauharnais (Vanessa Kirby).
100 sombreros de Napoleón
Cuando ambos se conocen, Joséphine ya tiene a sus espaldas un matrimonio fracasado. Mientras su ex marido es ejecutado durante la revolución, Napoleón, que la corteja, acaba de iniciar su meteórico ascenso. En realidad, ambos salen ganando: las conexiones aristocráticas de ella favorecen el ascenso social de él, y la posición de él le garantiza a ella un estilo de vida lujoso. Él, por su parte, está profundamente enamorado y es presa de los celos, mientras que ella adopta una actitud más bien laxa respecto al matrimonio (Napoleón y ella se casaron en 1796).
Sin embargo, esta no es la razón por la que su unión acaba fracasando. Más bien, la razón de su separación fue que Josefina no pudo tener un hijo y, por tanto, un heredero al trono. Esto condujo finalmente al divorcio de la pareja en 1810. Pero incluso después de su matrimonio con María Luisa de Austria, que tuvo un hijo, Napoleón nunca pudo olvidar al gran amor de su vida. Ni siquiera cuando, tras su devastadora derrota en Waterloo, espera exiliado en Santa Elena su muerte en 1821 ...
Scott dedica mucho tiempo y esfuerzo a retratar el carácter excéntrico que atribuye a Napoleón. El hecho de poder contar con Joaquin Phoenix en el papel protagonista es, por supuesto, un golpe de suerte. A más tardar desde su interpretación del Joker, ganadora de un Oscar, conoce bien la representación de personajes estrafalarios. Y, en efecto, es sobre todo Phoenix quien insufla vida a "Napoleón" y quien, en definitiva, hace que merezca la pena ver la película, a pesar de sus defectos en la accidentada puesta en escena.
¿Es "Napoleón" la mejor película de Ridley Scott? Desde luego que no. ¿Es la película su Waterloo? Desde luego, tampoco. Se dice que la película ha costado unos 200 millones de dólares. No es poco, pero al fin y al cabo no más de 100 sombreros de Napoleón. Al fin y al cabo, la película debería recuperarlo en taquilla.
"Napoleón" ya está en los cines alemanes.
Fuente: www.ntv.de