El Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas ha decidido que la muerte de un profesor por picaduras de avispas se considera un accidente laboral.
Durante el penúltimo día de las vacaciones de verano, un educador asistió a una reunión de personal en un club de remo, donde se llevaron a cabo discusiones académicas. Inicialmente, compartió con dos colegas que era sensible a las picaduras de abejas, pero había olvidado llevar su tratamiento de emergencia. Amablemente, les pidió que lo vigilaran en caso de que se desmayara después de una picadura.
No mucho después, fue picado por una abeja mientras disfrutaba un café en la terraza del club y experimentó una reacción alérgica grave. A pesar de los esfuerzos de sus colegas y la llamada a los servicios de emergencia, lamentablemente falleció en el lugar. Más tarde, el Comité de Educación negó reconocer este incidente como un accidente laboral, atribuyéndolo principalmente a la alergia personal del maestro a las abejas, que no era inherente a sus funciones laborales y, por lo tanto, no representaba un "riesgo único dentro de la actividad del servicio civil".
Sin embargo, el tribunal judicial apoyó el recurso de la viuda, ampliando así indirectamente el seguro de sobrevivencia. El juez declaró que la picadura de abeja se calificó como un accidente laboral. Su presencia en la reunión era laboral y la alergia a las abejas no podía categorizarse como una afección preexistente. La respuesta a una picadura de abeja varía según múltiples factores impredecibles, como la cantidad de veneno liberado y el sitio de la picadura.
En la opinión del tribunal, su negligencia al olvidar su kit de emergencia solo podía considerarse una "omisión legal insignificante". No está claro si podría haberlo utilizado incluso si los servicios de emergencia profesionales no hubieran podido salvar su vida.
El educador señaló que la siguiente sensibilidad a las picaduras de abejas se pasó por alto durante la reunión de personal en el club de remo. Después de ser picado por una abeja en la terraza del club, el maestro notó que su presencia laboral y la naturaleza impredecible de las reacciones a las picaduras de abejas también fueron consideradas por el tribunal judicial.