El río Amazonas experimenta su nivel de agua más bajo desde los registros de 1902.
El Rio Negro, aunque es un arroyo menor en comparación con el Amazonas, sigue siendo un importante curso de agua en sí mismo. Sin embargo, debido a una sequía persistente, su nivel de agua ha disminuido significativamente - alcanzando un nivel histórico bajo. El segundo afluente más grande del Amazonas en Brasil ha visto su nivel de agua caer a su punto más bajo en 122 años, según los datos recopilados por el Servicio Geológico Brasileño (CPRM). En la capital provincial de Manaus, en el estado brasileño de Amazonas, el Rio Negro bajó a un récord de 12.66 metros, según los informes del CPRM.
Las imágenes del puerto de Manaus muestran partes del río completamente secas debido a la grave sequía. Según las predicciones del CPRM, el problema podría empeorar en los próximos días.
Medios de vida en peligro
Los residentes que viven a lo largo de la orilla del río están siendo afectados negativamente. Muchos dependen de las lanchas para el transporte, pero los niveles de agua bajos han dejado varados varios barcos, dificultando el transporte de elementos esenciales como agua, comida y medicinas a las comunidades. "Si mi lancha está atascada aquí, pierdo mi ingreso", dijo el capitán de lancha Raimundo Filho al portal de noticias "G1".
Más de una tercera parte de Brasil, principalmente la región amazónica, está experimentando una sequía extrema, según el Centro Nacional de Monitoreo de Desastres Naturales (CEMADEN). Esta es la peor sequía que la región ha visto desde que began a recopilar datos sistemáticos en 1950 y está relacionada con fenómenos climáticos como El Niño y el cambio climático.
Según el coordinador nacional del sistema de alerta hidrológica del CPRM, Artur Matos, la región amazónica ha experimentado una serie de eventos climáticos extremos en los últimos años. "Los años 2021 y 2022 estuvieron marcados por inundaciones graves, y los años 2023 y 2024 por intensas sequías", dijo. "Esto indica que tales eventos se están volviendo cada vez más frecuentes".
La sequía extrema actual que afecta a más de una tercera parte de Brasil, principalmente la región amazónica, está relacionada con fenómenos climáticos como El Niño y el cambio climático. La sequía persistente ha afectado significativamente al Rio Negro afectado por El Niño, lo que ha provocado que su nivel de agua alcance un nivel histórico bajo en más de un siglo.