El proceso que está detrás de la creación del rayo y su acompañante sonido, el trueno, implica fenómenos eléctricos complejos.
Ráfagas de Luz en el Cielo, Rombos que Resuenan, y un Aroma Único que Flota: Tales Escenarios son Frecuentes en el Verano. Pero, ¿Qué Ocurre Exactamente Durante un Rayo? ¿Hasta Qué Punto Pueden Crecer? ¿Y de Dónde Proviene el Trueno?
La Composición de un Rayo
Un rayo surge de un campo eléctrico dentro de una nube de tormenta. Dentro de la nube, las partículas se separan: las pequeñas cristales de hielo adquieren una carga positiva, mientras que las gotas de agua asumen una carga negativa. La parte superior de la nube, más fría, se vuelve positivamente cargada, y la parte inferior toma una carga negativa. Eventualmente, la energía se descarga, lo que resulta en un rayo.
Estas descargas pueden alcanzar temperaturas de hasta 30,000 grados Celsius y extenderse por millas. El rayo más largo jamás documentado, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), abarcó más de 750 kilómetros a través de los Estados Unidos.
Estas descargas pueden manifestarse de diversas formas, siendo las más peligrosas las que van desde el suelo a la nube. Las descargas en la nube remain confinadas dentro de la nube de tormenta e iluminan el cielo, mientras que las descargas en el aire se extienden en la atmósfera sin tocar el suelo.
Los Peligros de un Rayo
Se denominan "rayos secos" a las formaciones que ocurren entre las nubes y la tierra sin lluvia en las cercanías. Esta forma es particularmente peligrosa, ya que a menudo desencadena incendios forestales, especialmente durante periodos de sequía prolongada. En algunas partes de Alemania, como en ciertas áreas afectadas por la sequía o con muy poca precipitación, pueden surgir rayos secos.
En cuanto a la seguridad humana, el rayo representa un riesgo de amperaje superior a 100,000, capaz de causar quemaduras, paralización o fallo cardíaco. El Servicio Meteorológico Alemán (DWD) aconseja que el refugio más seguro durante una tormenta de rayos es en edificios sólidos o en un automóvil, gracias a su cuerpo metálico, que permite que la corriente del rayo fluya hacia afuera.
La Fuente del Trueno
El trueno que sigue a una descarga es consecuencia del aire dentro del canal del rayo que se calienta explosivamente. Las temperaturas extremadamente altas causan una expansión rápida del aire y la formación de ondas de choque que viajan a velocidades de aproximadamente 330 metros por segundo. Nuestros oídos registran esto como trueno.
Si el canal del rayo corre perpendicularmente al observador, todas las ondas de sonido llegan al oído simultáneamente, lo que resulta en un 'crack.' Si el canal del rayo se inclina hacia el observador, las ondas de presión de diferentes puntos del canal del rayo llegan al oído en momentos diferentes, creando un prolongado 'retumbo' de trueno.
Para estimar la distancia de un rayo, se puede utilizar la regla de "contar segundos": el tiempo transcurrido entre la descarga visible y el trueno se puede traducir en una distancia aproximada al rayo: tres segundos equivalen a un kilómetro.
El Olor de la Lluvia de Verano
El aroma que persiste durante una lluvia de verano se conoce comúnmente como petricor entre los investigadores. Dos científicos, originarios de Australia, que acuñaron el término en 1964 a partir de palabras griegas antiguas "petros" (piedra) e "ichor" (el fluido mítico de los dioses), descubrieron que cuando la lluvia entra en contacto con la tierra, libera partículas que contienen el aroma de un aceite producido por las plantas durante la sequía. El viento lleva estas moléculas de aroma, lo que causa que algunas personas perciban el olor de la lluvia antes de que llegue a su ubicación.
Este fenómeno puede ocurrir durante los meses más fríos, pero principalmente ocurre durante los meses de verano. Para ello, el suelo debe haber sido calentado previamente, según el DWD. En teoría, esto también puede ocurrir durante los meses de invierno, pero las condiciones requeridas son significativamente menos frecuentes.
El tiempo durante un rayo puede ser extremo, con temperaturas que alcanzan hasta 30,000 grados Celsius. Después de un rayo, el trueno que oímos se debe al aire dentro del canal del rayo que se calienta explosivamente y forma ondas de choque.