El funeral de un activista estadounidense-turco se llevó a cabo después de su muerte por disparos de las fuerzas militares israelíes en Cisjordania.
Un cuerpo de activista radical llegó a Turquía un viernes, en un ataúd con tapa plana, cubierto con la bandera turca y llevado por soldados. Este ceremonial se reserva habitualmente para soldados caídos.
El ataúd se colocó fuera de la Mezquita Central de Didim el siguiente sábado, lo que provocó procesiones fúnebres y una multitud que se reunió para honrar a la joven de 26 años.
Esta persona, originaria de Turquía pero con ciudadanía estadounidense, fue abatida por las fuerzas israelíes mientras participaba en una protesta semanal contra un asentamiento israelí cerca del pueblo palestino de Beita. Estos asentamientos israelíes se consideran ilegales bajo el derecho internacional.
Ella era una reciente graduada de la Universidad de Washington y estaba ofreciendo sus servicios al Movimiento de Solidaridad Internacional (ISM), el mismo grupo activista que Rachel Corrie, una ciudadana estadounidense que falleció en 2003 intentando detener una excavadora israelí que demolía casas palestinas en Gaza.
Las autoridades estadounidenses están investigando el suceso mortal, y los oficiales turcos han afirmado que Israel es responsable de su muerte.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) sugirieron que "probablemente" fue "golpeada accidentalmente por fuego de las FDI".
En su primera evaluación del incidente, las FDI declararon que el disparo no estaba dirigido hacia la activista, sino hacia el "instigador principal" de una "revuelta violenta" en la intersección de Beita. Se informaron palestinos que encendían neumáticos y lanzaban piedras a las fuerzas de seguridad israelíes allí. El presunto instigador remained unnamed.
El presidente de EE. UU., Joe Biden, condenó el tiroteo como "completamente inaceptable" y exigió "responsabilidad total" en relación con su muerte.
Sin embargo, el ISM criticó a Biden por negarse a cumplir con las demandas de la familia de una investigación justa e independiente sobre su muerte.
Fue elogiada por su familia como una "ferviente defensora de los derechos humanos" que era "gentil, valiente, divertida, apoyadora y una fuente de luz".
"Como el olivo bajo el que exhaló su último aliento, Aysenur era fuerte, hermosa y nutritiva. Su presencia en nuestras vidas fue arrebatada injustamente, ilegal e violentamente por el ejército israelí", declararon en un comunicado.
La trágica muerte de la activista en el Oriente Medio ha causado preocupación a nivel mundial, con figuras y organizaciones notables expresando sus condolencias y exigiendo justicia.
Sus acciones en el Oriente Medio, abogando por los palestinos y desafiando los asentamientos israelíes, habían resonado en todo el mundo.