El cambio climático y la resistencia dificultan la lucha contra la malaria
El número de casos de malaria en todo el mundo ha aumentado en los últimos años. Desde 2017, no ha habido avances en los esfuerzos para reducir la malaria, según escribe la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su informe sobre la malaria. Según las estimaciones, en 2022 habrá 249 millones de casos, frente a los 233 millones de 2019, el año anterior a la pandemia. El número de muertes aumentó de 576.000 a 608.000. Las estimaciones fueron difíciles en los años de la pandemia.
La OMS informó de que no fue solo la pandemia lo que impidió seguir avanzando. El cambio climático también es un reto. Por un lado, los mosquitos se están extendiendo con el aumento de las temperaturas en zonas, como las tierras altas de África, donde antes no se daban. Por otro lado, catástrofes como las inundaciones, con el consiguiente estancamiento de las aguas, proporcionan nuevos caldos de cultivo. Al mismo tiempo, las medidas preventivas serían más difíciles si decenas de miles de personas se vieran desplazadas por catástrofes naturales. Además, podrían interrumpirse las cadenas de suministro de mosquiteras y medicamentos. Según la OMS, otro problema es que los mosquitos se están volviendo resistentes a algunos repelentes de insectos y los parásitos se están volviendo resistentes a los medicamentos contra la malaria.
Alrededor del 94% de todos los casos se registraron en África en 2022. Sin embargo, Pakistán registró el mayor aumento. El número allí aumentó de 500.000 en 2021 a 2,6 millones de casos. Las devastadoras inundaciones del verano de 2022, que proporcionaron nuevos caldos de cultivo para los mosquitos, fueron una de las razones. El número de casos fue cinco veces superior al habitual en la región en aquella época.
La OMS declaró la guerra a la malaria hace 23 años. Según estimaciones de la OMS, los programas de prevención, como la destrucción de los criaderos y, sobre todo, las mosquiteras tratadas con insecticida para dormir, evitaron unos 2.100 millones de casos y 11,7 millones de muertes entre 2000 y 2022.
La malaria es una enfermedad infecciosa. El patógeno lo transmite el mosquito Anopheles. Ataca a los glóbulos rojos. El principal síntoma es la fiebre. La enfermedad es curable si se trata inmediatamente. Es potencialmente mortal, especialmente para los niños pequeños. Desde 2021, la OMS recomienda dos vacunas para lactantes que reducen la tasa de mortalidad en niños pequeños en más de un diez por ciento.
Fuente: www.dpa.com