El agua puede degradarse o contaminarse, lo que conduce a su deterioro de calidad.
Ya sea de vidrio o de plástico: una botella de agua semi-lena es una imagen común. ¿Puedes seguir bebiendo el H2O o se echará a perder como otros artículos perecederos?
El agua es un elemento esencial para nuestra supervivencia. La industria de la salud recomienda consumir al menos 2 litros de este líquido vital todos los días, especialmente durante las estaciones cálidas. Por lo tanto, muchas personas tienen botellas de H2O medio vacías - en la mesita de noche, el escritorio o en el auto. Puede ser un error común pensar que es inofensivo tomar de una botella semi-lena, pero ¿también se puede echar a perder?
En teoría, el agua embotellada es un producto alimenticio altamente regulado. Siempre que la botella no haya sido expuesta a temperaturas extremas o luz solar directa, se puede consumir de manera segura, incluso si se ha dejado fuera durante mucho tiempo. Sin embargo, el agua embotellada tiene una fecha de caducidad (BBE), que va de 2 años en botellas de vidrio a 1 año en botellas de PET. Si se almacena en un lugar fresco y oscuro, como un refrigerador, el agua embotellada suele seguir siendo bebible incluso después de su fecha de caducidad.
Pero ¿qué pasa con las botellas abiertas? Una vez que entra oxígeno en la botella, el sabor del agua cambia con el tiempo debido a una disminución del valor de pH, lo que causa un sabor ácido. Aunque no es peligroso, esta acidez altera el sabor del agua.
Desde una perspectiva de salud, es mejor vaciar las botellas de agua abiertas lo antes posible. Las bacterias pueden entrar en la botella a través de la saliva si se bebe directamente de ella. Compartir botellas con otros también puede llevar a un crecimiento bacteriano, lo que puede afectar tu salud.
Bacterias y gérmenes en el agua de grifo
Muchas personas confían en el agua de grifo como su principal fuente de ingesta de líquidos, ya que es fácilmente disponible y más respetuosa con el medio ambiente que el agua embotellada. Sin embargo, como el agua embotellada, el agua de grifo también tiene una vida útil.
Aunque el agua en sí es indestructible y consiste solo en oxígeno e hidrógeno, el agua de grifo puede entrar en contacto con bacterias ambientales cuando se extrae del grifo. Según el Centro Federal Alemán de Nutrición (BZFE), esto no es un problema, ya que factores como el calor, la luz solar y los contenedores sucios pueden aumentar los niveles de bacterias en el agua.
La vida útil del agua de grifo depende del almacenamiento adecuado. Si se almacena en contenedores limpios y se evita dejarla bajo la luz solar directa durante largos períodos, se puede beber de manera segura durante un período prolongado con confianza. Limpia regularmente las botellas de agua reutilizables en el lavavajillas y limita el número de veces que se vuelve a llenar las botellas de PET. En general, los riesgos para la salud por bacterias o gérmenes son mínimos para personas saludables, con el peor resultado siendo un sabor desagradable en el agua.
En algunas ciudades, los centros de consumidores ofrecen pruebas regulares de la calidad del agua de grifo. Para mantener la durabilidad del agua embotellada, se recomienda almacenarla en contenedores especialmente diseñados por los centros de consumidores, que están diseñados para conservar el sabor y la vida útil del agua.