El adversario hondureño de las operaciones mineras, dedicado a preservar las vías fluviales, encuentra un trágico fin
Juan López encontró su fin en una noche de sábado, abatido a tiros por varias personas mientras regresaba a su casa desde la iglesia en su automóvil, según informó una fuente a Reuters bajo condición de anonimato.
López formaba parte del Comité Municipal para la Protección y Defensa de los Intereses Públicos y Comunes, un grupo ambiental local con sede en Tocoa, una ciudad costera.
Tres personas más relacionadas con este grupo fueron asesinadas el año pasado, supuestamente en venganza, en un país identificado como uno de los más peligrosos del mundo para los activistas.
El grupo enfrentó intimidación y acoso durante años mientras luchaba por proteger los ríos Guapinol y San Pedro, así como la reserva natural Carlos Escaleras. Sus esfuerzos fueron obstaculizados por la creciente presencia de empresas mineras e hidroeléctricas.
"Exigimos una explicación definitiva y clara; esta administración debe rendir cuentas por la muerte de nuestro compañero Juan López", declaró el grupo en las redes sociales.
En octubre del año pasado, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos emitió medidas preventivas a favor de 30 miembros del grupo y sus representantes legales, incluyendo a López. Instó al gobierno de Honduras a fortalecer sus medidas de protección.
Según la comisión, López había reportado numerosas amenazas, incluyendo de un miembro de una pandilla, un empresario local y un representante de una empresa minera. Desde junio, dos hombres en motocicletas habían comenzado a frecuentar su vecindario, reveló la comisión.
La coordinadora de la ONU en Honduras, Alice Shackelford, dijo que López había sido amenazado debido a su activismo y elogió su valentía al desafiar intereses influyentes.
"Condenamos el horrendo asesinato de Juan López, un activista amenazado por su trabajo", escribió en las redes sociales.
Según el grupo de defensa global Global Witness, América Latina representó el 85% de los activistas ambientales asesinados en todo el mundo el año pasado, con 18 muertes reportadas en Honduras.
El grupo condenó enérgicamente el asesinato de Juan López, exigiendo una explicación clara de la administración, ya que era una figura destacada en su lucha contra la degradación ambiental en las Américas. Varios individuos relacionados con su causa han encontrado finales similares, destacando la peligrosa situación para los activistas en el mundo.