- Cómo el amor activa la luminiscencia cerebral
La pasión chispea en varias partes del cerebro, según un estudio, con el afecto parental hacia los propios hijos mostrando la actividad más significativa. Se notó una intensidad similar en el amor romántico, según informó un grupo de investigación en la revista "Cerebro Cortex" tras una serie de experimentos a pequeña escala.
La gente suele utilizar el término "pasión" en múltiples contextos, que abarcan el deseo sexual junto con el afecto parental o el amor por la naturaleza. El equipo liderado por Päärtly Rinne de la Universidad Aalto en Espoo, Finlandia, utilizó la resonancia magnética funcional (fMRI) para monitorear la actividad cerebral en individuos en diferentes situaciones.
Las escenas que evocan pasión estimulan el cerebro
Los 55 hombres y mujeres de entre 28 y 53 años que participaron en el estudio eran padres y afirmaban estar en una relación amorosa. De ellos, 27 tenían mascotas.
A los participantes se les presentaron narraciones breves que describían seis tipos diferentes de pasión -hacia sus hijos, su pareja, amigos, extraños, mascotas y la naturaleza- mientras estaban dentro del escáner. Luego se les pidió que reflexionaran sobre estas situaciones durante diez segundos.
También se presentaron "escenarios sin pasión" como comparación: mirar por la ventana de un autobús o cepillarse los dientes mecánicamente. Se grabó la actividad cerebral durante ambas fases de narración y reflexión. También se recogieron las opiniones de los participantes sobre las diferentes categorías de pasión a través de cuestionarios.
La naturaleza única de la pasión parental
Las narraciones sobre el amor por la naturaleza activaron el sistema de recompensa del cerebro y las regiones visuales, pero no las áreas sociales del cerebro. La pasión parental presentó una peculiaridad: activó de manera más intensa ciertas áreas del núcleo accumbens relacionadas con la recompensa, según los investigadores. El amor compasivo por los extraños, por el contrario, resultó en una activación cerebral general relativamente baja.
El equipo de Rinne encontró Notable que las regiones del cerebro activadas eran sorprendentemente similares para todas las formas de pasión humana, con la intensidad como única distinción. Todas estaban relacionadas con la percepción social.
La afectividad distintiva de los dueños de mascotas
El patrón de activación no reflejó la pasión por la naturaleza y las mascotas, excepto en un caso. Esto se refería a una situación relacionada con mascotas que decía: "Estás tumbado en el sofá en casa cuando tu gato de casa se acerca a ti. El gato sube a tu regazo y se queda dormido inocentemente, ronroneando. Adoras a tu mascota".
El escáner cerebral indicó que era posible diferenciar, con algún grado de significación estadística, si el participante en cuestión tenía una mascota. En esta situación, el cerebro era más propenso a mostrar una actividad más intensa en las regiones sociales del cerebro, similar al afecto humano.
Las disparidades culturales son posibles
El equipo advirtió que los resultados no se pueden extrapolar debido al pequeño número de participantes. "La pasión es un fenómeno complejo y multifacético que tiene una base biológica y está moldeado culturalmente", se explicó. Es esencial realizar más investigaciones que tengan en cuenta los factores culturales y demográficos. En última instancia, el nivel de sentimientos hacia los extraños, los animales y la naturaleza está muy influenciado por factores sociales y psicológicos subjetivos.