COP28 - Cómo amenaza el cambio climático a ballenas y delfines
Las consecuencias del cambio climático amenazan cada vez más a ballenas y delfines, según un informe de la organización de defensa de los animales Whale and Dolphin Conservation (WDC). El calentamiento de los océanos está teniendo un impacto dramático en un gran número de especies, según el informe "Whales in Hot Water", publicado coincidiendo con la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28) en Dubai.
Según el informe, los hábitats de ballenas y delfines están cambiando tan rápidamente que las especies compiten entre sí, y en algunos casos luchan entre sí. El aumento de las temperaturas está provocando un incremento de la proliferación de algas que liberan toxinas.
Las consecuencias
Según el WDC, cada vez se encuentran más en ballenas y delfines muertos. Las toxinas también podrían ralentizar la capacidad de reacción de los mamíferos marinos. Esto los expone aún más al riesgo de colisionar con los barcos.
Según el informe, al menos 343 ballenas barbadas murieron en Chile en 2015; se detectaron concentraciones extremadamente altas de las toxinas paralizantes en más de dos tercios de los animales (69%). "La repentina mortalidad masiva se debe muy probablemente a una floración de algas", escribe la organización.
Además, los animales se desplazan cada vez más a aguas nuevas y a veces muy frecuentadas, lo que aumenta el riesgo de colisión con los barcos. Según el WDC, los mamíferos marinos también pueden volverse más susceptibles a las enfermedades.
Casi dos tercios de los brotes de enfermedades en ballenas y delfines (61%) se registraron durante periodos de aumento de la temperatura de la superficie del mar, que probablemente se produzcan durante más tiempo y con mayor frecuencia como consecuencia del cambio climático.
En algunos casos, se producen luchas entre especies emparentadas. El aumento de los episodios de calor provocó que los delfines mulares se desplazaran a zonas con marsopas comunes californianas. Allí, los delfines mulares atacan cada vez más a sus parientes más pequeños, a menudo con resultados fatales.
Según el WDC, la disminución del krill, una de las fuentes de alimento más importantes para las ballenas barbadas, también es un problema. Está siendo diezmado por la pesca industrial y el aumento de la temperatura del mar. En el Océano Antártico, donde las ballenas migran en el verano polar, las poblaciones de krill han disminuido un 30% desde la década de 1980.
Para 2100 se prevé una disminución de entre el 16% y el 19% en el Pacífico y el Atlántico. La escasez de alimentos significa que los mamíferos marinos pueden almacenar menos grasa y ya no disponen de suficiente energía para sus migraciones estacionales. También se ha observado que muchos animales ya no migran a aguas más cálidas para aparearse. Resultado: menos crías.
Cómo salvar a los animales
Según la organización, debe perseguirse el objetivo del Acuerdo de París de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados centígrados. También deben establecerse zonas protegidas eficaces que sean de especial importancia para los animales: Zonas donde puedan alimentarse, reproducirse y migrar.
Las artes de pesca son también una gran amenaza para ballenas y delfines. Los gobiernos y la industria deben prohibir las prácticas pesqueras destructivas. Debe haber restricciones de capturas y artes de pesca alternativas que reduzcan las capturas accesorias.
Lea también:
- Esto cambiará en diciembre
- Activistas alemanes denuncian en Dubai el sufrimiento en Israel y la Franja de Gaza
- Fusión nuclear: ¿exageración o solución a los problemas energéticos?
- Wendt, investigador del PIK, insta a actuar contra los riesgos sanitarios del cambio climático
Fuente: www.stern.de