Calefacción con leña y pellets: lo que debe tener en cuenta
La calefacción con pellets o leña es controvertida. Sin embargo, las estufas de leña son muy populares. Hay que tener en cuenta algunas cosas si se quiere calentar de una forma que respete en gran medida el clima.
El crepitar de la leña, el calor acogedor: calentar con leña tiene una imagen hogareña y natural. Pero las estufas de leña sólo son buenas para los habitantes, el clima y su bolsillo si se tienen en cuenta ciertos aspectos.
¿Qué variantes de sistemas y estufas hay para leña y pellets?
Hay estufas individuales que se colocan directamente en el salón y emiten su calor directamente al aire de la habitación. Como parte de un sistema de calefacción central, hay estufas que calientan toda la casa y el agua caliente sanitaria.
Las estufas de leña, por ejemplo, forman parte de un sistema de calefacción central. En la interfaz entre el sistema de calefacción y la estufa hay un depósito de inercia que almacena el agua calentada por la estufa y la pone a disposición del sistema de calefacción, explica la HKI - Industrieverband Haus-, Heiz- und Küchentechnik. Una estufa de pellets que almacena agua suele ubicarse en el sótano, donde se llena automáticamente de combustible.
Las estufas de leña clásicas son de acero o hierro fundido y están revestidas de cerámica o piedra. Sin embargo, debido a su construcción abierta, su balance energético es deficiente, por lo que apenas se construyen ya, según HKI. Las estufas con acumuladores de calor son una alternativa. Sus piedras acumuladoras liberan el calor uniformemente en la habitación, incluso tiempo después de que el fuego haya dejado de arder.
Las estufas de leña son similares a las chimeneas abiertas, pero tienen una cámara de combustión cerrada y, a veces, ventanas bastante grandes. Esto permite que la leña se queme de forma más eficiente. Se pueden instalar distintas variantes de almacenamiento de calor.
Las estufas alicatadas constan de un gran hogar con sólo una pequeña mirilla, que emite poco aire directamente a la habitación. En su lugar, el acumulador se llena por dentro, lo que transfiere aún más el calor.
Las estufas de pellets individuales se alimentan con pellets estandarizados prensados a partir de residuos de la industria maderera.
¿Es mi casa adecuada para estas estufas?
Las estufas de leña son adecuadas para todo tipo de viviendas, dice Julia Bothur, de la Asociación Federal de Deshollinadores. Sin embargo, la potencia debe adaptarse a las necesidades de calor, pues de lo contrario existe el riesgo de que las habitaciones se sobrecalienten. Las necesidades las calcula un profesional en función de la superficie habitable, el tipo de edificio y el aislamiento térmico.
Para los pellets en sistemas de calefacción central, se necesita espacio en la casa para un almacén. Éste puede sustituir al depósito de gasóleo desechado, por ejemplo en la sala de calderas. Los pellets para aparatos individuales o chimeneas domésticas están disponibles en bolsas. No son necesarios almacenes más grandes.
¿Cuánto cuestan estas estufas?
Los precios varían mucho en función del diseño y la fabricación. Según HKI, las estufas de pellets cuestan a partir de 1.000 euros y las de leña, unos 800 euros, y los diseños especiales superan con creces los 5.000 euros. "La mayoría se sitúan entre 2.000 y 3.500 euros, aunque los aparatos de precio elevado son ahora muy populares", dice la asociación.
Los aparatos especialmente bajos en emisiones, equipados con controles electrónicos y tecnología de filtrado y que han recibido certificaciones medioambientales como el Ángel Azul o la certificación Tüv-Süd para chimeneas de bajas emisiones, pueden ser el doble de caros que aparatos comparables sin etiqueta.
¿Qué ventajas ofrecen las estufas de leña frente a otros tipos de calefacción?
"La madera es más barata que el petróleo", afirma Thomas Schnabel, responsable de política y economía del HKI. También se puede conseguir localmente y es fácil de almacenar. El HKI anuncia la madera como un "combustible a prueba de crisis que también está disponible rápidamente en casos de emergencia o durante las olas de frío". Los operadores de estufas son independientes de las crisis geopolíticas y de las conexiones económicas con el extranjero.
Los sistemas de calefacción de pellets, en particular, se consideran un sustituto obvio de los sistemas de calefacción de gasóleo y gas, ya que el espacio que liberan en el sótano también puede utilizarse directamente. Los sistemas pueden combinarse con otras fuentes de energía renovables, como la energía solar térmica. Además, las estufas en el salón, especialmente las llamas visibles a través de los cristales, pueden aumentar el factor de bienestar. Se consideran un objeto arquitectónico que define el estilo y que también puede servir de base para el diseño de habitaciones enteras en nuevas construcciones.
Y el inconveniente: ¿hasta qué punto son sostenibles estas estufas y sistemas?
Aquí las opiniones difieren. El HKI y la Asociación Federal de Deshollinadores, por ejemplo, afirman que la leña se quema de forma prácticamente neutra para el clima y que sólo se utiliza la leña dañada o inservible para otros productos -muebles, construcción de casas-.
Hay que considerar los distintos tipos de calefacción por separado, dice Joachim Berner, redactor jefe de la revista especializada "Gebäude-Energieberater". "En los últimos años se ha avanzado mucho con los sistemas automatizados de calefacción por pellets. Incluso los deshollinadores ya casi no pueden medir las emisiones de polvo fino".
Por su parte, la organización de protección del medio ambiente Greenpeace califica la calefacción de leña de "alarmante renacimiento de una forma de energía obsoleta". Es perjudicial para el clima porque la combustión de madera libera CO2 a la atmósfera y los árboles utilizados son incapaces de retener y almacenar el dióxido de carbono del aire. También se produce CO2 al recoger, transportar y procesar la madera.
Los árboles tardan décadas en absorber de nuevo estas "emisiones adicionales" del aire. Según Greenpeace, esto produce más gases de efecto invernadero de los que los bosques pueden retener con su crecimiento. Por eso, Gesche Jürgens, experta en bosques de Greenpeace, es partidaria de alternativas a la madera para la calefacción: "A menudo se recomienda la energía solar térmica o las bombas de calor".
Sin embargo, hay restricciones por ambas partes. Jürgens, empleado de Greenpeace, afirma: "En las zonas rurales puede tener sentido recurrir a la calefacción de leña, ya que está disponible en la puerta de casa y apenas hay rutas de transporte". Julia Bothur, de la Asociación Federal de Deshollinadores, también aconseja comprar leña de producción regional y sostenible.
También señala que las estufas de leña deben utilizarse correctamente, ya que de lo contrario una combustión incompleta provoca un alto nivel de emisiones. "Los plásticos y la madera tratada no son adecuados para las estufas de leña", añade Bothur.
Los expertos también subrayan que la madera como materia prima no está disponible infinitamente. "No se puede abastecer a 85 millones de personas con una gestión forestal sostenible", afirma Thomas Schnabel, del HKI. Por eso es importante encontrar la combinación energética adecuada de energías renovables para cada edificio.
¿Cómo puedo calentar con troncos con menos emisiones?
En primer lugar, se puede empezar por el aparato. Algunas estufas antiguas, cuya tecnología provoca más emisiones de partículas, pueden reequiparse con filtros de partículas. Sin embargo, Joachim Berner, experto del sector, afirma: "Desde el punto de vista económico, a menudo tiene más sentido comprar una estufa nueva que ya sea más limpia".
Para los aparatos nuevos, aconseja buscar certificados como el Ángel Azul y la etiqueta Tüv Süd para estufas de bajas emisiones. "Los aparatos calificados deben cumplir ciertos límites de emisiones, que -al menos en el caso del Ángel Azul- son inferiores a los exigidos por la ley", dice el periodista especializado. También puedes asegurarte de que se produce menos polvo fino al avivar el fuego.
Consejo 1: Secar la leña
La leña fresca y, por tanto, todavía húmeda, no se quema completamente, y las partículas de hollín y alquitrán suben por la chimenea como residuos. Por ello, dependiendo del tipo de madera y de cómo se almacene, la leña debe dejarse secar durante uno o dos años hasta que se alcance el contenido máximo de humedad residual prescrito legalmente del 25% o un contenido máximo de agua del 20%.
Consejo 2: Suministro de aire al encender el fuego
Se liberan menos emisiones si el fuego alcanza rápidamente altas temperaturas al encenderse. Por ello, el HKI aconseja utilizar madera cortada fina y encendedores comerciales. El fuego también debe recibir mucho oxígeno al principio. Por ello, los expertos recomiendan abrir al máximo las aberturas para el suministro de aire al encender el fuego.
Sólo cuando se haya formado un lecho de brasas se añaden troncos más grandes y briquetas. Una vez que han prendido, se reduce de nuevo el suministro de aire. En el manual de instrucciones del fabricante encontrará información detallada sobre los ajustes de la estufa.
El consejo de Joachim Berner: compre aparatos con control de combustión. "Con ellos, la combustión está regulada y no tienes que abrir y cerrar constantemente el suministro de aire tú mismo, lo que también puede provocar mayores emisiones si se hace de forma incorrecta".
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Fuente: www.ntv.de