Jalal Baig
Opinión: Por qué Aaron Rodgers no debe precipitar su regreso al fútbol
La semana pasada, el mariscal de campo estrella de la NFL anunció que estaba considerando la posibilidad de regresar a los terrenos de juego esta temporada, menos de tres meses después de sufrir una devastadora rotura del tendón de Aquiles minutos después de su debut con los Jets de Nueva York.
Rodgers es un futuro jugador del Salón de la Fama con acceso a la atención médica más avanzada y a los protocolos de rehabilitación más avanzados. También es conocido por poseer un obstinado espíritu competitivo y un impulso para intentar lograr en el campo de fútbol americano lo que parece inalcanzable. No es de extrañar que quisiera intentar una recuperación sin precedentes tras [su] operación de Aquiles.
"Todo es posible", dijo Rodgers en una entrevista reciente cuando se le preguntó sobre las perspectivas de volver a jugar este año. "No es '¿por qué intentarlo?', es '¿por qué no?'", dijo.
"Desde el 12 de septiembre, mi objetivo era volver al campo de entrenamiento e intentar jugar. Dependía de mi salud y de que nuestro equipo estuviera en condiciones de competir. Por eso trabajé tan duro durante esos 77 días, para volver al campo", añadió.
Pero la razón parece haberse impuesto. Ante el declive de la suerte de los Jets en los playoffs, el cuatro veces MVP de la NFL parece haber detenido su intento de volver este año en favor de un regreso óptimo para la próxima temporada.
Para los profesionales de la medicina como yo, siempre hubo serias dudas sobre si Rodgers sería capaz de superar los límites naturales de la biología humana y recuperarse de su lesión en un plazo acelerado.
El dilema al que se enfrenta Rodgers es uno al que muchos atletas profesionales se enfrentan en algún momento de sus carreras cuando se lesionan. Para ellos, habrá presiones para volver después de una lesión importante a las que el paciente medio nunca se verá sometido.
Rodgers llegó a los Jets a principios de este año tras una ilustre carrera con los Green Bay Packers, donde se le consideraba clave para que el equipo pudiera aspirar a la postemporada.
Pero sólo cuatro partidos después de comenzar la nueva temporada, el quarterback se lesionó durante un placaje del ala defensiva de los Buffalo Bills Leonard Floyd. Dos días después, Rodgers se sometió a una operación de reparación del tendón de Aquiles realizada por el cirujano ortopédico Dr. Neal ElAttrache, que ha operado a numerosos atletas de élite. Desde el principio, Rodgers dice que estuvo preguntando a su médico acerca de lo rápido que podían acelerar su recuperación.
"Le pregunté [al Dr. ElAttrache] si podíamos forzarlo, si podíamos ir más allá de los protocolos normales. Sólo quería hacer las cosas más rápido, de forma inteligente, pero más rápido. Se trata de ser inteligente con la rehabilitación y forzarla todo lo que pueda y luego retroceder los días que no me sienta bien", dijo Rodgers, según un artículo publicado en el sitio web de los Jets.
La parte del cuerpo que el Dr. ElAttrache tuvo que operar es crucial para el éxito de un jugador de fútbol americano. Un estudio realizado en 2023 reveló que más del 40% de los jugadores de posición hábil de la NFL no vuelven a jugar con éxito tras romperse el tendón de Aquiles.
El tendón de Aquiles es una banda de tejido conjuntivo que une los músculos de la pantorrilla con el talón. Es el tendón más grande del cuerpo y hace posible la explosividad y los movimientos esenciales de un atleta.
Para acelerar potencialmente la recuperación de Rodgers, se utilizó una ortesis interna -llamada técnica SpeedBridge- para conectar la parte superior del desgarro del tendón de Aquiles al hueso del talón. La ortesis consiste en una cinta de sutura muy fuerte y ancha que atraviesa y protege mecánicamente el lugar de la rotura.
"Antes de que existiera este dispositivo, no se podía rehabilitar a los atletas con tanta rapidez porque, al rehabilitar, se ejercía presión sobre el lugar de la reparación. Ahora, al proteger el lugar de la reparación con la sutura, se les puede rehabilitar antes", me dijo la Dra. Selene Parekh, profesora de cirugía ortopédica de la Universidad Thomas Jefferson, y añadió que el dispositivo puede permitir a un atleta "volver al juego un poco más rápido".
Uno de los primeros atletas destacados en utilizar el protocolo SpeedBridge fue el corredor Cam Akers, quese rompió el tendón de Aquiles derecho antes de la temporada 2021 de la NFL. Regresó a Los Angeles Rams menos de seis meses después y a tiempo para los playoffs. Si bien su rendimiento general en los playoffs fue mediocre, con 67 acarreos para 172 yardas, su regreso se produjo mucho antes del calendario habitual de nueve a doce meses.
Pero algunos expertos en el campo de la ortopedia afirman que el SpeedBridge no debe considerarse una panacea capaz de sortear la fisiología humana. El tendón de Aquiles necesita al menos cinco o seis meses para curarse, dicen, antes de que pueda volver a exponerse con seguridad a las exigencias del fútbol profesional.
"En ortopedia no hemos encontrado necesariamente formas asombrosas de engañar a la Madre Naturaleza, como a veces nos gusta pensar. A fin de cuentas, no hay duda de que [Rodgers] no está tan curado ahora como lo estaría dentro de medio año", me dijo el Dr. Daniel Guss, profesor de cirugía ortopédica de la Facultad de Medicina de Harvard.
"Los atletas tienen habilidades sobrehumanas, pero no una biología sobrehumana", afirma Guss.
Un quarterback tradicional como Rodgers puede correr menos riesgos quirúrgicos que un receptor o un corredor, cuyo estilo de juego requiere cambios bruscos de dirección y explosivas explosiones de velocidad. Pero un tendón sin curar siempre es vulnerable a una nueva rotura catastrófica o a sufrir tensión y volver a lesionarse.
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Aparte de estas complicaciones, su posible regreso, del que se ha hecho mucha publicidad, corre el riesgo de sentar precedentes peligrosos para atletas con lesiones similares en el futuro.
Si Rodgers puede volver a ser quarterback de los Jets en menos de tres meses después de una grave lesión, otros jugadores de la NFL y de la universidad y el instituto imaginarán recuperaciones similares para sí mismos. E inevitablemente, estas expectativas se extenderán fuera del fútbol a otros deportes.
Por supuesto, no existe un calendario uniforme, dadas las múltiples consideraciones -edad, posición, situación contractual, recursos médicos disponibles, objetivos personales- que rodean el regreso de cada individuo tras una lesión.
Aquí es donde los médicos tendrán que recalcar a sus pacientes, también deseosos de acelerar los plazos de regreso tras una lesión, la limitada aplicabilidad de su historia, por tentadora que sea. La aplicación de los avances en medicina deportiva debe adaptarse siempre a los intereses de cada paciente.
Lo que está claro es que la lesión de Rodgers ha tenido un efecto sísmico en la tambaleante franquicia de los Jets, que sigue profundamente desestabilizada en la posición de quarterback mientras su temporada cojea hacia el final.
Puede que los fans más acérrimos sigan clamando por el regreso de Rodgers para salvar la temporada, pero la mayoría de nosotros nos alegramos de que parezca que se va a tomar un tiempo para recuperarse. Es una buena noticia para su carrera de cara al próximo año, así como para la suerte de su equipo.
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Fuente: edition.cnn.com
