La cadena de comida rápida BurgerFi inició el procedimiento de insolvencia del capítulo 11.
La cadena de comida rápida BurgerFi se une a la lista de empresas que luchan en el sector de la comida rápida este año, junto a marcas como Rubio’s, Buca di Peppo, y incluso la conocida Red Lobster que ha presentado solicitud de quiebra. Aunque jugadores importantes como McDonald’s, Starbucks, Burger King y Wendy’s no han presentado solicitud de quiebra, también han informado una disminución en el tráfico peatonal y las ventas totales, con McDonald’s y Wendy’s recurriendo a promociones de comidas económicas para atraer a los clientes.
Recientemente, BurgerFi solicitó protección al Tribunal Distrital de los Estados Unidos para el Distrito de Delaware, con todas las ubicaciones corporativas continuando las operaciones como de costumbre. Las franquicias propiedad de los franquiciados seguirán con el negocio como siempre, según se indicó en un comunicado de prensa.
La quiebra a menudo sirve como un medio para que las empresas de EE. UU. reduzcan las operaciones, eliminen las deudas y recorten los costos. Un método popular es la quiebra capítulo 11, que permite a las empresas abordar las dificultades financieras a través de la reorganización.
Previamente, BurgerFi atribuyó los cierres de tiendas como la principal razón de la disminución de las ventas, también citando la inflación como un factor. Específicamente, el aumento en el precio de las alas de pollo y los salarios de los empleados llevaron a un aumento en los gastos de operación.
Con sede en Florida, BurgerFi es la empresa matriz de Anthony’s Coal Fired Pizza con 51 tiendas de pizza, junto a sus 93 restaurantes de hamburguesas.
Este desarrollo no fue del todo sorprendente, ya que BurgerFi advirtió en agosto que podría quedarse sin efectivo y necesitar protección de la quiebra en un futuro próximo. Hasta el 14 de agosto, la empresa tenía solo $4.4 millones en efectivo, anticipando una pérdida de $18.4 millones para el trimestre que finaliza el 1 de julio (aún por publicarse y sin comentarios a CNN). En el mismo trimestre del año siguiente, la cadena informó una pérdida de solo $6 millones.
Según los registros de quiebra presentados el pasado miércoles, BurgerFi estima que sus pasivos están en el rango de $100 millones a $500 millones, mientras que sus activos ascienden a $50 millones a $100 millones. En caso de que no se obtenga el apoyo financiero suficiente de los prestamistas sénior o de proveedores externos, BurgerFi había indicado previamente que podría buscar protección de la quiebra y vender activos.
En preparación para esto, la empresa contrató a un jefe de reestructuración.
En un comunicado, Jeremy Rosenthal, el jefe de reestructuración, explicó que "Dado el pronunciado descenso en el gasto del consumidor posterior a la pandemia y la constante inflación, junto con el aumento de los costos de alimentos y
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