Reutilizable cada año: Los árboles de madera son tendencia
No se agujerean y pueden volver a colocarse cada año para las fiestas: Los árboles de Navidad de madera. Cada vez ofrecen más alternativas al clásico abeto, también por razones de sostenibilidad. Fabricantes de varias regiones de Alemania producen los árboles a mano, como Thilo Tolkmitt en Stahnsdorf, Brandeburgo. Sus árboles de listones constan de hasta 90 piezas individuales que hay que ensamblar en casa.
El principio es sencillo: se colocan listones de diferentes tamaños de pino o abeto en un poste. Éste, a su vez, se fija a un soporte. "Los árboles se pueden colocar planos o boca abajo", explica Tolkmitt. Ha taladrado agujeros en el lateral de cada listón para colgar adornos.
Cuando las agujas estorban en el salón
La idea se le ocurrió cuando le molestaron las muchas agujas del árbol de Navidad de su propio salón. "Busqué ideas en Pinterest y me construí un árbol de madera", cuenta este hombre de 41 años. Poco a poco, también llegaron peticiones de amigos. "Entonces mi hija me dio la idea de que también podía vender los árboles", dice Tolkmitt.
Hace tres años, él y su prima Ulrike Thunack pusieron en marcha el pequeño negocio "Franky Tree", llamado así por Franky, el cocker spaniel de Thunack. "El negocio despegó enseguida. Año tras año, conseguimos duplicar el número de árboles que vendíamos", cuenta Thunack.
Aunque los árboles se pueden ver en el escaparate, el 99,9% del negocio se hace por Internet. "Los pedidos llegan de toda Alemania, pero también de Austria y Suiza", dice Thunack. Tanto particulares como empresas confían en los árboles. "En las oficinas, por ejemplo, es agradable no encontrar un árbol muerto después de las fiestas navideñas", dice Thunack.
Un negocio arriesgado
"Experimentamos mucho y optimizamos los pasos de trabajo", dice el técnico de construcción Tolkmitt, que dejó su trabajo en el sector público por la producción de árboles. Pero el negocio es arriesgado y una verdadera emoción. "El periodo de venta sólo dura unas seis semanas. Es un producto de nicho que no es precisamente barato. Además, los precios de la madera han subido mucho", dice Thunack. Los árboles cuestan varios cientos de euros, bastante más que un árbol de Navidad clásico.
También hay competencia. Los árboles de crucería, por ejemplo, proceden de la Selva Negra, el "Dresden Baum" de Sajonia y el "Tischler-Tanne" de Saarburg (Sarre). El escenógrafo berlinés Merlin Ortner-Exss llama a su modelo "El árbol de madera". Con sus ramas y ramitas curvadas y su color verde, se parece algo más a los árboles naturales que a los árboles de listones, más sencillos.
Y el árbol de madera berlinés recuerda a los árboles de Lovi, un fabricante finlandés. Éstos se venden, por ejemplo, en Ahrensburg (Schleswig-Holstein). "La demanda aumenta desde hace unos años", dice la finlandesa Riikka Wartiainen, propietaria de Koti, una tienda de diseño nórdico. "Es una compra mayor, pero los árboles ahorran espacio y son fáciles de cuidar", añade la empleada Tanja Rohde.
Thomas Gottschalk lo celebra con un abeto plegable
Ya en 2006, el presentador de televisión Thomas Gottschalk se comprometió a celebrar la Navidad con un abeto plegable: "Estoy completamente satisfecho con un abeto artificial por razones medioambientales, económicas y de riesgo de incendio", dijo en una entrevista. "El abeto durará más que yo", dijo Gottschalk.
Indra Enterlein, experta en política de recursos de Nabu, señala que un árbol de madera sólo sustituye realmente a un árbol de Navidad si se utiliza durante años, porque: "Para poder producir los árboles de madera en primer lugar tienen que haber crecido una serie de árboles", dice. También recomienda buscar madera de fuentes sostenibles a la hora de comprar, reconocibles por el sello correspondiente.
La bloguera Alexandra Achenbach ha escrito un libro sobre cómo celebrar la Navidad de la forma más ecológica posible ("Zero Waste Christmas", 2019). También es fan de las alternativas de madera, dice refiriéndose a los árboles de Navidad. Sin embargo, sus modelos favoritos son los que no "consumen" material nuevo. "Si reutilizas un viejo armazón de listones o un mueble viejo o recoges y elaboras tú mismo madera encontrada en lugar de comprar nueva, no solo ahorras dinero. También obtienes la inmejorable sensación de autoeficacia, un maravilloso equilibrio ecológico y mucha diversión", dice Achenbach.
Ulrike Thunack y Thilo Tolkmitt necesitan material nuevo para sus árboles. Sin embargo, apoyan el proyecto de reforestación Viva la Wald de Potsdam. "Por cada Franky Tree vendido, Viva la Wald planta un árbol en Brandenburgo", dice Thunack.
Fuente: www.dpa.com
