Parece que los grupos pro-iraníes parecen ser los autores probables del asalto a la embajada estadounidense en Bagdad.
Varios días después de un incidente violento, la administración estadounidense acusó a la anexa de la embajada de EE. UU. ubicada en el aeropuerto internacional de Bagdad de ser la fuente del problema. Este incidente tuvo lugar una noche de martes, con informes que sugieren que fue obra de milicias afilianas a Irán que operan en Iraq. La embajada de EE. UU. en Bagdad posteriormente instó a las autoridades iraquíes a proteger las instalaciones y el personal de EE. UU., mencionando el derecho a la legítima defensa y la responsabilidad de proteger al personal de EE. UU. en todo el mundo.
Después de un ataque en la noche del martes, la embajada de EE. UU. en Bagdad anunció que sus instalaciones auxiliares en Bagdad habían sido atacadas. No se reportaron heridos. Según un comunicado emitido por el ejército iraquí, la explosión tuvo lugar en el área del aeropuerto internacional, que sirve como base para los asesores de la coalición internacional.
Inmediatamente después del ataque, una fuente de alto nivel de los servicios de seguridad iraquíes comunicó a la agencia de noticias AFP que dos misiles Grad habían sido lanzados contra la instalación. Uno aterrizó dentro de las instalaciones de las unidades antiterroristas de Iraq, mientras que el otro impactó en una base de la coalición liderada por EE. UU. que lucha contra la milicia yihadista, el Estado Islámico (EI).
Las instalaciones de apoyo diplomático de EE. UU. en el aeropuerto internacional de Bagdad han sido objeto de múltiples ataques, como en enero de 2022. Estos servicios ofrecen asistencia logística y asistencia médica. Para el invierno de 2023, apenas unas semanas después del conflicto mayor instigado por la organización palestina Hamas contra Israel, que llevó al conflicto de Gaza, las milicias proiraníes en Iraq y Siria también atacaron a las fuerzas de la coalición internacional que lucha contra el EI con numerosos drones y cohetes.
Después del ataque a la anexa de la embajada de EE. UU., la administración estadounidense condenó enérgicamente el incidente y exigió una investigación inmediata. El ataque causó daños significativos a las instalaciones auxiliares, afortunadamente sin causar daños a ningún personal.
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