La Unión apuesta por los pescadores y la cohesión a pesar de la crisis
Los cánticos en las gradas del estadio An der Alten Försterei no hacían presagiar la duodécima derrota consecutiva, pero sí la expresión de los rostros de los profesionales del Union Berlin y de su entrenador, Urs Fischer. Incluso después de la dolorosa derrota por 3-0 contra el Eintracht de Fráncfort, jugadores y entrenador lo celebraron.
La lucha por el descenso ha llegado a Köpenick. El club y los aficionados parecen decididos a superarlo juntos, y especialmente con Fischer. "Es fantástico, también describe la cohesión de la Unión. No es sólo una historia, es una realidad", declaró el suizo tras el partido con una mezcla de emoción y asombro.
Tareas difíciles
En el plano deportivo, la vuelta también será difícil en los próximos partidos. En la Liga de Campeones, se enfrentan el miércoles al SSC Nápoles. En liga, le espera el Bayer Leverkusen, líder invicto, el domingo.
¿El debate sobre el futuro de Fischer? Sólo una cuestión mediática, como se recalcó en las gradas en tonos que iban del desafío al insulto. La directiva también se esforzó por aportar claridad antes del partido. El Presidente Dirk Zingler respaldó inequívocamente a Fischer en el panfleto del estadio y en Sky.
Parece poco probable que dimita tras un solo partido, y el propio Fischer no piensa en dimitir. "Estoy dispuesto a luchar", declaró el suizo en ARD.
Trimmel: "En algún momento daremos la vuelta a la tortilla"
"No vamos al fútbol, vamos a la Unión" es un dicho popular en el este de la capital. El hecho de que los unionistas hayan alardeado agresivamente de esta singularidad percibida no sólo les ha hecho amigos en el resto de la Alemania futbolística en los últimos años. Pero incluso visto objetivamente, la forma en que el Köpenick ha reaccionado a la larga racha negativa es extraordinaria.
"Eso dice mucho del club. La gente no olvida", afirma el capitán Christopher Trimmel. "Pero tenemos que asegurarnos de dar la vuelta a la tortilla en algún momento. Al final, también nos interesa devolverles algo".
La película del partido contra Hesse fue casi un best-of de las semanas de crisis. Tras el calentamiento, los jugadores se fustigaron ante las gradas del Forest. Ya en el minuto 2, el Fráncfort ganaba por 1-0. Un lanzamiento de falta a favor de los visitantes, que fue mal despejado. Tras el rechace, Omar Marmoush tenía a toda la defensa berlinesa delante y aun así encontró el hueco. Una vez más, el primer disparo a puerta del rival fue a puerta.
"El primer gol es innecesario, otro gol desde atrás", dijo Fischer. "Luego, en el segundo gol, juegan bien, aunque en realidad sabíamos lo que nos esperaba. No defendimos tan bien como equipo". La falta de suerte, la inseguridad y la acumulación de errores individuales son los ingredientes de una larga batalla por el descenso.
Sequía goleadora continua
A esto se añade la falta de acierto ofensivo. Los berlineses lanzaron 40 centros. Demasiados pocos llegaron. Las buenas ocasiones que tuvieron las desperdiciaron. El Union lleva cinco partidos sin marcar un gol. "Tenemos que volver a encontrar nuestra fortaleza, donde los suplentes a veces marcaron la diferencia, donde encajamos pocos goles", declaró Trimmel.
No obstante, el partido sólo sirve de forma limitada como argumento a favor de un cambio de entrenador. Tras ir perdiendo 2-0 al principio, el Berlín se sacudió brevemente y luego entró en una racha consistente. "Cuando ves la situación en la que están ahora, después del 2-0, después de un golpe así, hay muchos equipos que luego se vienen abajo. Nos complicaron la vida hasta el 3-0, lo intentaron todo, nadie se rindió", declaró el entrenador del Fráncfort, Dino Toppmöller.
Queda poco consuelo para los berlineses, pero una vez más el equipo no dudó de Fischer. "Se lo debemos al entrenador. Lo que está pasando es una situación en la que nos hemos metido nosotros mismos", declaró Robin Gosens.
Sin embargo, poco a poco se va extendiendo una cierta sensación de impotencia. "Lo intentamos, entrenamos, hacemos, hacemos. Al final, la situación en este momento es que no somos lo bastante buenos", afirma Trimmel. "Tenemos que comunicarnos bien entre nosotros, porque ahora sí que tenemos que empezar a sumar puntos".
Fuente: www.dpa.com