El impuesto sobre el azúcar podría ahorrar hasta 16.000 millones de euros
Según un estudio, un impuesto sobre el azúcar en los refrescos sólo en Alemania ahorraría hasta 16.000 millones de euros en las próximas dos décadas y evitaría numerosas enfermedades. "Un impuesto sobre los refrescos en Alemania tendría efectos positivos significativos", resume el equipo de investigación de la Universidad Técnica de Múnich y la Universidad británica de Liverpool en la revista PLOS Medicine. En todas las variantes simuladas, se consumiría menos azúcar y las enfermedades serían menos frecuentes. "Esto reduciría los costes económicos y aliviaría la carga del sistema sanitario".
La Organización Mundial de la Salud recomienda un impuesto especial de al menos el 20 por ciento sobre las bebidas azucaradas para reducir el consumo de azúcar de la población y sus consecuencias para la salud. Muchos países ya han introducido medidas fiscales para combatir el consumo de bebidas o alimentos azucarados. En cambio, Alemania confía en un compromiso voluntario de la industria de bebidas, con resultados moderados hasta ahora, según los estudios.
El efecto depende de la variante impositiva
El estudio de Múnich muestra ahora que el efecto deseado de un impuesto en Alemania sí se materializaría y reduciría el riesgo de obesidad y enfermedades, por ejemplo. Sin embargo, es diferente si el impuesto pretende reducir el consumo de refrescos en general o provocar cambios en la receta.
Según estudios internacionales, si el impuesto se aplica independientemente del contenido de azúcar, se produciría sobre todo una reducción de la demanda de refrescos. Si, por el contrario, el impuesto se basa en la cantidad de azúcar, también se modificarían las recetas de las bebidas.
"Según la simulación, un recargo fijo del 20% sobre el precio de los refrescos reduciría el consumo de azúcar en un gramo por persona y día", afirman los investigadores al describir los posibles efectos en Alemania. En el grupo de hombres de entre 30 y 49 años, sería incluso de casi tres gramos al día, según las estimaciones.
"Una reducción del 30% del azúcar en las recetas, como la observada en el Reino Unido tras la introducción de la tasa graduada a los fabricantes, tendría un impacto aún mayor", explicó el equipo de expertos. Esto reduciría el consumo per cápita en Alemania en 2,3 gramos al día, y hasta en 6,1 gramos entre los hombres de 30 a 49 años.
Menores costes por días de enfermedad e incapacidad laboral
Según los cálculos del equipo, habría muchos menos casos de obesidad y enfermedades cardiovasculares con ambas variantes impositivas. Los efectos previstos sobre la diabetes de tipo 2 serían especialmente importantes: "Según nuestros modelos, los impuestos harían que hasta 244.100 personas desarrollaran diabetes de tipo 2 más tarde o no la desarrollaran en absoluto en los próximos 20 años", explicó el autor principal del estudio, Karl Emmert-Fees.
Un impuesto sobre las bebidas azucaradas supondría, por tanto, que serían necesarios menos tratamientos y también disminuirían los costes por días de enfermedad e incapacidad laboral. Para el periodo comprendido entre 2023 y 2043, el equipo ha calculado un ahorro económico de unos 16.000 millones de euros, incluidos unos 4.000 millones de euros en costes sanitarios, con un gravamen graduado para los fabricantes. "Con un impuesto del 20%, el total seguiría siendo de unos 9.500 millones de euros".
Además, los cálculos no tuvieron en cuenta a las personas menores de 30 años porque la mayoría de las enfermedades modelizadas se producen sobre todo en la segunda mitad de la vida. Sin embargo, el consumo de refrescos es mayor en la adolescencia, explicó Emmert-Fees. "En consecuencia, la reducción media del consumo de azúcar sería aún más drástica y el efecto positivo sobre la salud aún mayor si tuviéramos en cuenta a las personas más jóvenes".
Hace poco, un estudio publicado en la revista "BMJ Nutrition, Prevention & Health" demostró que el impuesto sobre el azúcar en el Reino Unido tiene un efecto positivo en la salud dental de los jóvenes. Según el estudio, el número de menores de 18 años a los que se les extrajo un diente por caries descendió un 12% en los dos años siguientes a la introducción del impuesto en 2018.
Fuente: www.dpa.com