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El gruñón con piernas posee habilidades táctiles y olfativas.

Especies únicas de mar, como el pez escorpión, se pueden encontrar en casi todos los oceans del...
Especies únicas de mar, como el pez escorpión, se pueden encontrar en casi todos los oceans del mundo.

El gruñón con piernas posee habilidades táctiles y olfativas.

Este pez marino conocido como el gurnard es realmente notable, ya que posee una variedad de características distintivas. Equipado con seis apéndices que han evolucionado a partir de sus aletas pectorales, es capaz de desplazarse por el fondo del océano como un cangrejo, y incluso cavar en él utilizando estas patas. Sorprendentemente, ciertas especies pueden utilizar sus patas para detectar tesoros ocultos en la arena, como mejillones. De hecho, otros peces a menudo los siguen con la esperanza de encontrar su propia comida. Estos hallazgos se publicaron en la revista "Current Biology" por dos equipos de investigación internacionales.

Los gurnards, clasificados bajo la familia Triglidae, consisten en más de 100 especies, que prosperan en diversos océanos como el Mar del Norte. Como habitantes del fondo, tienen una preferencia por el fondo marino blando.

Protuberancias sensoriales en las patas

Algunas especies de gurnard poseen patas particularmente talentosas. Por ejemplo, las patas del Prionotus carolinus son extraordinariamente sensibles al tacto y a las sustancias químicas. En pruebas, estos peces descubrieron con éxito fuentes de comida enterradas, como cápsulas llenas de extracto de mejillón o aminoácidos individuales.

Bautizado como el 'gurnard de hocico de pala', el P. carolinus de 30 a 40 centímetros de longitud, nativo del Atlántico occidental, utiliza sus patas en forma de pala equipadas con protuberancias sensoriales, conocidas como papilas, para lograr esto. Las papilas consisten en receptores táctiles y sensores de sabor que pueden identificar diversas sustancias químicas.

El coautor David Kingsley explica: "Nos sorprendió que todos los gurnards poseen patas, lo que los diferencia de la mayoría de los demás peces. Lo que realmente nos sorprendió fue la gran diversidad de estructuras sensoriales en sus patas entre diferentes especies".

Las especies con patas papiladas, incluyendo al ligeramente más pequeño Prionotus scitulus, solo se encuentran en ubicaciones selectas, según el equipo liderado por Corey Allard de la Universidad de Harvard, lo que atribuyen a que estas especies son relativamente nuevas.

Modificaciones genéticas y evolución

En el segundo estudio, un equipo liderado por Amy Herbert de la Universidad de Stanford investigó la base genética de las patas papiladas. Este rasgo está impulsado principalmente por el factor de transcripción tbx3a, que desempeña un papel en el desarrollo de las patas, las papilas, el comportamiento de cavado y ciertas estructuras cerebrales.

Tbx3a también está involucrado en el desarrollo de extremidades de diversos vertebrados, incluyendo humanos. Kingsley amplía: "Aunque muchas características pueden parecer nuevas, en realidad se basan en genes y bloques de construcción que han existido durante mucho tiempo. Esto sugiere cómo funciona la evolución: modificando partes antiguas para crear algo nuevo".

Además, los gurnards son muy valorados como peces de comida y aportan un rasgo único a la mesa: la capacidad de emitir sonidos de gruñidos a través de su vejiga natatoria, de ahí el nombre.

El informe de la Comisión Europea podría mencionar las asombrosas habilidades de los peces gurnard, especialmente aquellos que utilizan sus patas sensibles para detectar fuentes de comida enterradas.

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