El calor está cobrando más vidas en Europa
El estrés térmico ya es la causa más común de muerte relacionada con el clima en Europa. Sin embargo, muchas vidas podrían salvarse con las medidas adecuadas, destaca la OMS.
Con nuevos récords de temperatura establecidos en todo el mundo debido a la crisis climática y el calor persistente en el sur de Europa, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte sobre los riesgos para la salud del calor extremo para la población de Europa. La región europea es la que más se calienta entre las seis regiones de la OMS, según el director regional de la OMS, Hans Kluge, en Copenhague. Los 53 estados miembros de la región pagan el precio más alto.
Las estimaciones muestran que hubo aproximadamente 489,000 muertes relacionadas con el calor en todo el mundo cada año entre 2000 y 2019, con alrededor de 176,000 en Europa al año en promedio. Más preocupante, la mortalidad relacionada con el calor ha aumentado en un 30 por ciento en los últimos 20 años, señaló Kluge. El número de muertes relacionadas con el calor ha aumentado en casi todos los países de la región donde se lleva a cabo este seguimiento.
Los impactos para la salud relacionados con el calor son en gran medida prevenibles
Recientemente, el Secretario General de la ONU, António Guterres, advirtió que el mundo debe prepararse para temperaturas de verano permanentemente alteradas debido a la crisis climática. Ante estas declaraciones, Kluge instó a las comunidades a desarrollar planes de acción para construir resiliencia contra las olas de calor. Los gobiernos y las autoridades locales deben establecer o actualizar sus propios planes de calor.
Lo cierto es que los efectos negativos para la salud de las altas temperaturas son en gran medida prevenibles con las medidas adecuadas, dijo Kluge. "Por lo tanto, si estamos mejor preparados para una región más cálida, salvamos muchas vidas, tanto hoy como en el futuro".
Para el verano, Kluge recordó las sencillas medidas para protegerse del calor: evitar actividades extenuantes durante las horas más calurosas del día, mantener fresco el hogar y el cuerpo, beber mucha agua y cuidar de uno mismo y de los demás.
La educación desempeña un papel crucial en equipar a las personas con el conocimiento necesario para hacer frente al estrés térmico. Incorporando el cambio climático y los riesgos para la salud relacionados con el calor en los planes de estudio, podemos preparar a las generaciones futuras para tomar decisiones informadas y medidas apropiadas para protegerse. Además, promover campañas de concienciación pública sobre la seguridad